Bitten by the lonely

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Braulio caminó desde su casa hasta la parada del autobús de la mano de su yaya. Estaba camino de comenzar el cuarto año de primaria y miraba a su hermano mayor junto a él, vestido para su rutina deportiva de cada mañana antes de ir a su trabajo, con una gran sonrisa. Tal vez no era tan consiente de su deseo pero quería que su hermano le dijera algo para animarlo o para desearle buena suerte en su primer día, pero nada. Su hermano estaba concentrado en calentar.

Se podía ver lo orgulloso que estaba Braulio de su hermano y de la devoción que le inspiraba, lo suficiente como para desear ser como él de mayor. Le sonreía y le mandaba besos con su mano libre, que eran respondidos con risas medio burlonas.

—Ahí viene —anunció aquella mujer que conservaba un poco de juventud en la piel —, despídete.

Braulio regresó la mirada a su hermano y le lanzó un beso un poco más sonoro a lo que solo tuvo una simple respuesta:

—Hasta la hora de comer enano —dijo revolviéndole el cabello que poco esfuerzo había dedicado esa mañana. Sabía que no lo valía porque su hermano siempre lo despeinaba.

La puerta del autobús cerró y Braulio corrió a la parte de la puerta trasera para volver a despedirse de su hermano con besos que le enviaba con la mano. Sonrió y esperó a que alguno de los gestos que le daba en mitad del trasporte público surgiera algún efecto en su hermano, y lo hizo. Al ver tanta pantomima de su hermano, Oriol decidió levantar la mano y hacer un gesto de despedida, algo que sin duda emocionó al chiquillo y lo dejó tranquilo para ponerse los cascos antes de comenzar a correr por su pueblo.

Alcalá de Henares, a ojos de Oriol, tenía una particularidad que le provocaba cierta tranquilidad: todos los días venía hordas de jóvenes de su mismo rango de edad ir a alguna universidad de las tantas que había cerca del centro. Lo que volvía al lugar un sitio bullicioso y animado.

Cada mañana los veía esperar el paso del semáforo mientras corría por las calles de su pueblo, que esperaban ansiosas la salida del sol, disfrutaba del viento frío que corría en diferentes direcciones dependiendo por donde andaba.

Conocía a muchas personas por ser camarero de una casa de comidas medianamente conocida cerca de la plaza de Cervantes. Y a algunos clientes los veía cada mañana, cuando los padres salían a dejar a los niños al colegio o más mujeres iban directo a sus trabajos.

Aunque no era el único en despertar temprano. En Madrid Tian se despidió de sus padres y salió de su casa. No porque llevara prisa o tuviera que alcanzar un tren, corría porque le gustaba sentir el aire en la cara mientras lo hacía.

Los viajes, incluso los más tediosos en el autobus, lograba disfrutarlos al echar un vistazo por la ventanilla y ver los detalles que cambiaban día tras día por los lugares por los que pasaba. Como era el caso esa mañana que tenía que ir a la estación de Atocha para llegar al pueblo de su padre y en el que seguía viviendo su abuelo. Había recibido una carta de aceptación para ser profesor de francés en un colegio privado.

Tras un viaje en el que dormitó un poco, salió de la estación con cierta ligereza: vestido con un jersey azul marino, pantalones blancos impolutos, gafas oscuras a juego con la correa de su reloj y con el cabello largo y ondulado, lo suficiente como para jugar con él y ponerlo detrás de su oreja para mirar hacia dónde ir.

No llevaba más que una cartera de mano pequeña que sujetó fuerte con las dos manos antes de mirar a ambos lados de la calle, dejando pasar primero a un par de jóvenes asiáticas, ignorando por completo la atenta mirada de un chico al otro lado de la calle con unos pantaloncillos deportivos y una camiseta de tirantes que esperaba el pase para seguir andando.

Oriol lo miró detenidamente. No era como el resto de chicos que había por ahí, pero estaba seguro de que era producto nacional. No prefería el chandal a los vaqueros, ni las grandes sudaderas; tampoco era de esos chicos de climas cálidos que van por la vida con bermudas o pantaloncillos cortos todo el año.

Glowing in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora