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—¿Le vas a pedir que seáis novios? —preguntó Braulio a Oriol, camino del club de los sábados.

Oriol se quedó paralizado.

—¿Qué? ¿A quien? —mirando a todos lados. No había nadie cerca que escuchara, tanto que bajó un poco la guardia para seguir charlando con su hermano.

Tal vez decírselo a él sería un buen paso, así podría afrontarlo y sentirse un poco más ligero.

—Pues a quien va ser, a Tian.

—¿Por qué?

—Porque no pasaron ni dos semanas cuando le estabas pidiendo que fuera tu novia Alba. ¿Qué no te gusta? Si es que es muy majo y me agrada.

Oriol por primera vez sonrió al ver que alguien más compartía esa estampa en su mente. Había querido hacerlo desde hace mucho pero no había nadie a quien decírselo, que aquel momento fue un momento de unión de los hermanos.

—Pues sí que es guapo. ¿Tú crees que deba hacerlo mi novio?

—Hombre yo creo que te estas tardando...

Una carcajada terminó por romper la conversación con su hermano y lo obligó a girar hacia aquellas risas. Sus amigos estaban detrás de ellos riéndose sin miramiento alguno.

—Chicos... ¿qué hacéis aquí?

—Pasábamos por aquí y te vimos y quisimos ver qué tanto te entretenía los sábados y mira...

Otro más se acercó a Braulio y le preguntó: —¿a tu hermano le gusta un tío?

—Sí —dijo ilusionado por compartirlo —, mi profe Tian.

Todos volvieron a reírse sorprendiendo a Braulio, que no entendía que era motivo de una risa así. En ningún momento pensó que lo que su profesor Luis era una mentira; aquello no era normal o por lo menos no tan normal.

—El pijo que está todo el día en la plaza —dijo uno para que supieran de quien se trataba.

—Calla —le exigió a su hermano tratando de no explotar.

Estaban en una plaza un poco transitada, por donde convergían varias calles más concurridas, así que pronto fue inevitable que Tian pasara por ahí. Y a sabiendas de que Oriol no se sentiría cómodo si se acercaba, decidió dar una vuelta por detrás de los árboles que separaban la pequeña plaza en la que estaban. Decidió quedarse ahí hasta ver que sus amigos se alejaran para poder ir los tres al lugar donde habían pasado tardes muy divertidas.

—Pero si es verdad —le dijo.

Oriol no soportó aquellas risas provocadas por la afirmación del chiquillo que las calló de una.

—Pero si yo te he visto —haciendo que volvieran a estallar en una risa —, hasta le has be...

La mano de Oriol chocó contra la mejilla de su hermano menor, al grado de hacerlo tambalearse. Había provocado un par de expresiones que terminaron en risillas por no saber de qué otra forma reaccionar.

Pero la mirada de Braulio mostró su corazón roto al irse llevando de lágrimas. No entendía por qué su hermano estaba haciendo todo eso, por qué le había dado una bofetada. Sólo lo veía triste, agitado.

—Tira pa casa, anda —dijo a su hermano. Su rostro estaba rojo y lleno de enojo, tanto que por primera vez su hermano le tuvo miedo.

En ese momento en corazón de Tian se rompió. Corrió al otro lado para interceptar a Braulio en un callejón alejado de aquella escena. No son antes ver que aquello había generado la respuesta adecuada. Todos aceptaron que había sido un cuento de su hermano y todo siguió como si nada.

Glowing in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora