capítulo 3 Sí ¿soy yo ...?

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Narra Nikki.


Me desperté callendome al suelo, mi cara quedó estampada en el piso, tenía una puta jaqueca de mierda y todo me daba vueltas, mi estómago me pedía comida así que miré a mi alrededor y por ende vi que no estaba tirado en la calle o seguía en el bar con alguna stripper o en un hotel con una puta. No, de hecho, era un apartamento chico sencillo, todo estaba muy ordenado así que caminé hacia la cocina tambaleándome un poco y con una resaca de horrores, lo primero que hice fue abrir el refrigerador encontré una cerveza y la saqué para beberla y había sándwiches preparados, saqué uno y lo comencé a comer como desesperado, abrí algunas puertas de la cocineta para ver si había algo más que pudiera comer pero solo vi una caja de galletas con chispas de chocolate crema de maní y pan blanco, así que la saqué para comer algunas me senté en el pequeño comedor de 4 personas pero al parecer o la silla era de mala calidad o yo estaba subiendo de peso ya que caí al suelo en cuanto puse mi trasero ahí haciendo mucho ruido hice que cayera la cerveza que acababa de abrir -

- ¡mierda! Rompí la silla de la persona que este viviendo aquí -

En ese momento ella llegó con su cabello medio enmarañado de que se acababa de levantar negro y largo, no tenía maquillaje puesto, usaba una playera negra larga de KISS que le cubría un poco más abajo de su zona íntima y me vio con cara de ¡puta madre! ¡Ya La cagaste imbécil! Bueno eso pensé yo a lo que sólo me limité a sonreírle nervioso y saludarla con la mano.

- pero ¿qué mierda te pasa? Rompiste mi puta silla del comedor, es el único que tengo por si no lo notaste - le decía enojada la azabache -

- Ammh lo siento nena, yo te compraré un comedor nuevo, digo si quieres ... lo siento mucho yo solo me senté y se rompió - dijo tartamudeando un poco.

- si ya lo noté, bueno ahora tengo una silla menos genial, gracias Nikki - le decía molesta -

- bueno puedo ir contigo a comprar un comedor nuevo o mínimo la silla - respondió apenado ella podía verlo bien ahora, sus ojos eran hermosos y de color verde, su cabello era negro y estaba todo revuelto se veía aún más sexy que la noche anterior, era bastante alto y tenía muy buen cuerpo.
La joven lo miró de arriba abajo y el hizo lo mismo con ella un par de segundos después la chica habló.

- bueno sólo con que me compres la silla faltante estará bien, no necesito que me compres el comedor completo para eso trabajo.

-- el chico contestó rápidamente -- ¡No! Dejame hacerlo es lo menos que puedo hacer por ti, es decir no me dejaste por ahí tirado anoche, supongo que ¿por eso me trajiste a tu casa ¿cierto? - hizo una sonrisa ladina pícara -

- si, anoche estabas muy ebrio, intenté despertarte pero sólo decías incoherencias y te volviste a quedar casi en coma te traje aquí solo porque anoche me diste muy buena propina, gracias por eso, ¿ahora me dejas levantar tu maldito desastre? - elevó una ceja.

- oh, sí, yo te ayudo, tienes recogedor y escoba, yo lo haré -

- No, no, no, no, yo lo hago tú sólo siéntate, hay más cerveza en el refrigerador por si quieres, tu cruda realidad debe estar horrenda - el río burlándose del comentario de la joven pero asintió y fue por otra cerveza. Cuando ella trajo la escoba y el recogedor él se los quitó de las manos y comenzó a limpiar -

- tengo una estúpida resaca más no estoy manco ni parapléjico nena - sonrió con picardía.

- ok si tú lo dices - le dio la escoba y el recogedor, se dirigió al refrigerador se agachó para sacar leche y éste no pudo evitar mirar sus pantis negras.

- ¡wow! Lo que daría por penetrar eso - pensó el ojiverde mientras tragaba saliva y la miraba como imbécil.

Ella se giró y él continuó barriendo.

My Wild Side Nikki Sixx The DirtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora