I want you [Billy Hargrove - Fanfic ST]

CAPÍTULO 10

[Editado]

Respiré profundamente antes de hablar —. No puedo...

—Si que puedes, solo relájate y concéntrate.

—No, ni hablar, no puedo hacerlo —negué frenéticamente con la cabeza.

—Bonnie... —Billy dijo mi nombre con suavidad —. Algún día tendrás que hacerlo, es mejor ahora. Además, estoy contigo.

—Por eso mismo no quiero hacerlo. ¿Y si te pasa algo?

—No lo creo, me fio de ti.

—Yo no.

—Bon, venga, estaré aquí y te guiaré. Pero si ves que es demasiado, entonces solo pídeme que paremos —le di mi más tierna mirada para que se compadeciera de mí y no lo hiciéramos ahora, pero no sirvió de nada —. No va a funcionar esta vez. Venga... ¡Algún día tendrás que aprender a conducir!

—Pero... ¿Y si estrello el coche? ¿Y si te pasa algo? O ¿Y si atropello a alguien o algún animal se cruza?

Él se encogió de hombros.

—Mala suerte.

—¡Billy!

Billy y yo llevábamos unos tres meses y medio saliendo juntos. Exactamente desde el día de Navidad. Se presentó en casa para crear un "nosotros", por así decirlo; lo del baile de invierno fue el impulso final.

Ya habían acabado los exámenes de primavera, y para celebrarlo, Billy decidió que sería buena idea enseñarme a conducir... en su coche.

—Tranquila, estamos en un descampado pasado el bosque. No creo que haya nadie por aquí... Además, si pasa algo pues frena y ya.

—No puedo creer que me hayas dejado tu más preciado coche para esto, va a acabar mal...

—Tú inténtalo, te sabes la teoría de memoria de solo verme conducir, ahora falta la practica. Yo te iré indicando, no pasará nada... Te lo prometo.

Él sabía que cuando no estaba segura de algo, escuchar una promesa me ayudaba a ganar más confianza en ello. Nunca super por qué, pero el simple hecho de verbalizarlo era más fiable. 

—Pff... Está bien.

Pasaron unos minutos en los que estuve dando vueltas al descampado con Billy en el asiento de copiloto indicándome nuevas rutas. Una de las veces aceleré en vez de frenar y casi meto el coche en un hoyo, pero reaccioné rápidamente. Luego le pillé el truco y conseguí ir con más fluidez. Tener a Billy a mi lado indicándome me daba mucha más calma y seguridad.

—Nada mal, preciosa... —murmuró mirándome con media sonrisa.

—La verdad es que sí —le sonreí de vuelta.

—Genial, ahora el segundo paso... —y así, de la nada, sin previo aviso, salió del coche y se quedó de pie en medio del descampado.

—¿Pero qué... qué haces?

—Ahora conducirás tú sola, sin mis indicaciones.

—Estás loco.

Intenté salir del coche, pero corrió hacia la puerta y se puso delante impidiendo que la abriera.

—Venga, es lo mismo de antes pero sin mi voz atormentándote a cada rato, será hasta más fácil.

—Es menos seguro para mi, me gusta que me atormentes.

—Hazlo.

Dicho esto, se alejó del coche y se puso en cualquier punto aleatorio del campo.

—¡Si te quedas allí, seguramente te acabe atropellando! ¡Quedas avisado! —saqué la cabeza por la ventanilla para que me escuchara.