I want you [Billy Hargrove - Fanfic ST]

CAPÍTULO 17

[Editado]

Movía mi pierna nerviosa, mirando a un punto fijo en la pared de mi cuarto.
Billy y mi madre supuestamente habían quedado en un motel.

¿Cómo pudimos hacer esta estupidez?

¿Cómo pudo ir más allá de la charla?

Y sobretodo ¿Cómo pudo mi madre aceptarlo?

No solo se trataba ahora de ella y Billy, ahora se trataba de mi madre y mi padre. Quizá no se hayan querido nunca, quizá todo fue interés económico y social, pero era su marido al fin y al cabo. Y, además, su otro querido "amor" salía con su hija.

¿Alguien puede aclararme por qué?

Esto no podía seguir. Me levanté de golpe de la cama y bajé corriendo las escaleras cuando justamente mi madre estaba apunto de salir. Iba muy arreglada.

Antes de poder llegar hasta ella, vi que se quedó parada en el salón y de repente dejó sus cosas antes de volver a ir hacia el pasillo.

—Mamá... ¿ibas a salir? —le pregunté cuando pasó por mi lado entre los escalones.

—No, al final no... —me contestó sin cesar el paso.

Fruncí el ceño y fui hasta el teléfono del salón para llamar a Billy.

—¿Diga? —me inquieté al saber quién estaba al otro lado de la línea.

—Max, ¿está Billy en casa?

—No, ha salido hace un rato. ¿Por qué? 

Mierda.

—No, por nada... Ya no importa, adiós.

—¿Adiós...?

Bueno, ya se lo encontrará. Aún así no creo que llegara a hacer nada, pues ese era el plan al principio de esa estúpida broma...

(...)

A la mañana siguiente fui a casa de Billy antes de que se fuera a trabajar. Le esperé apoyada en su coche mientras miraba el golpe en el cristal de este. Era muy reciente y parecía chungo...

—¿Qué le ha pasado a tu coche? —fue la primera pregunta que me salió de tantas que tenía.

—Uh... Alguien debió darle anoche... ¿Qué haces aquí? 

Billy parecía agotado, como... devastado y apenado.

—¿Qué pasó anoche? 

Al mirarme durante unos segundos sacudió la cabeza, como si despertara de un trance.

—Oh, eh... La idea era seguir con el plan y luego destapar la apuesta, pero pensé que se me había ido de las manos, así que...

Asentí esperando unos segundos antes de hablar —. Ella no fue.

—Era de esperar...

—No lo parecía ayer —me crucé de brazos, apoyándome de costado en la puerta del coche.

—Es una mujer casada. Puede querer hacerlo en un impulso, pero la culpa la carcomería después.

—Ya...

—Vamos —entró al coche seguidamente de mi.

(...)

Estaba descansando bajo una sombra en la piscina mientras Billy hacía su turno. Antes de iniciar su puesto, le vi entrar en el almacén y, tras unos segundos, a mi madre seguirle. Fue cuestión de pocos minutos hasta que ella volvió a salir, supuse que le dio una explicación de por qué no fue a su "cita". Realmente tampoco quería saberlo, no sé como llegamos a eso.