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-He hecho las cosas mal cielo. Estoy arrepentida de haber arruinado tu vida. Te abandoné después de lo que pasó con tu padre. No fue justo.

Ellos hablaban un poco alejados de donde estaba pasando todo lo relacionado con el Meet & Great. Gustav estaba a unos metros de ellos. No podía escuchar pero si podía intervenir rápido si pasaba algo que pusiera en peligro a la chica.

-Lo hiciste cuando dejaste de hablar conmigo, cuando sabías lo que este imbécil me hizo; decidiste separarte de mí y no de él, en mis cumpleaños ni siquiera me felicitabas, no sabía nada de ti. Ahora pretendes que te perdone por eso cuando sigues a lado de este asqueroso.

-Me llamo Blaz -habló ese hombre acercándose a Gretel.

-No me importa como te llames, eres peor que un animal.

La señora separó a Blaz y se colocó entre su hija y él.

-Cariño, estamos en bancarrota. No tenemos dinero. Venderán la casa en una semana y ese dinero no es nuestro. Tenemos deudas, estamos en la calle, mi cuenta está vacía.

Ahora todo se aclaró para la chica. Vio las verdaderas intenciones de esos dos.
Esa mujer se había estado gastando a manos llenas todo el dinero que el padre de Gretel había dejado, lo peor era que ese dinero ni siquiera era para Kerstin, era para la chica.

-¿Qué pretendes que yo haga? Mi padre no dejó 1 millón de euros, ni siquiera 20 millones. Tú te lo buscaste. Debiste pensarlo antes de complacer todos los caprichos de tu esposo el haragán, antes de viajar por todo el mundo en Jets privados hospedándote en los mejores hoteles, debiste pensarlo antes de abandonarme a mi suerte en un país que no conocía. ¿Tienes idea de lo difícil que fue para mí? -ambas mujeres lloraban-. Tuve que llegar a un país donde no dominaba el idioma, cada día despertando con la imagen de este maldito haciéndome daño, saber que estaba ahí porque tú no me querías, la única persona que me amaba está muerta ya. Y ahora me buscas después de 10 años sólo porque se te ha terminado el dinero.

Esa impotencia finalmente salía. La chica gritaba, estaba exaltada y sin dejar de llorar. Si las intensiones e su madre fueran reales, Gretel la habría abrazado y perdonado.

-No te confundas, te enviaba dinero para que comieras, te pagué tu universidad, te enviaba para ropa.

-¡Soy tu hija! -la chica lo gritó-. Me enviaste a Inglaterra sola. Y ese dinero no era tuyo, era tu responsabilidad enviarlo porque mi padre lo dejó para mí ¿no es así? Y estoy segura que todo lo que enviaste no fue ni una cuarta parte de lo que él me dejó. Yo espero que no te hayas terminado mi dinero, porque si lo hiciste tendrás que pagarlo y no sé de dónde lo harás.

-No hija, tú no eres tan cruel.

Krestin sabía que ese dinero era para Gretel. Ni siquiera trabajando sin parar podría reponer toda esa cantidad.

-Ustedes dos se merecen lo peor. No te voy a agradecer que me enviaras dinero porque era tu obligación y porque ese dinero no era tuyo.

La señora salió corriendo. Realmente para lo único que había ido era para pedirle dinero, pero salió arrepentida de todo lo que había hecho. Blaz se quedó con Gretel.

-Eres mierda Gretel pero a pesar de eso no dudaría ni un segundo en volver a hacerte mía -ese hombre soltó una risa malévola-. Fui el primero ¿verdad? -ella lloraba recordando todo eso-. Recuerdo como suplicabas que me detuviera. Tu madre me prefirió a mí y lo sigue haciendo. Vaya que te has puesto más buena, eres una mujer preciosa, debes coger genial. Sólo sé que no me quedaré con la duda. Nos veremos más pronto de lo que piensas, Gretel.

Ese hombre se retiró detrás de Kerstin. Gretel lloraba y temblaba. Recordó todo lo sucedido 10 años atrás. Ese hombre no estaba arrepentido, no mostraba remordimiento alguno e incluso la había amenazado de nuevo.

-¿Está bien, señorita? -dijo Gustav dirigiéndose a ella.

-Si Gustav, gracias.

Ambos avanzaron para ir de nuevo a donde todos estaban. Ella sólo quería llegar a su hotel y dormir pero sus nervios estaban al 100.

Antes de llegar Richard los encontró. Él iba lo más rápido que podía a buscarlos. Se había quedado muy preocupado pero ahora estaba más que nunca al verla tan pálida.

-Gracias Gustav, puedes irte a descansar -dijo el guitarrista amablemente mientras analizaba a Gretel.

El hombre se retiró dejándolos solos.

-Gretel, estás temblando, necesitamos que alguien te atienda. Creo que la ambulancia no se ha ido. Vamos.

Richard la acompañó a la ambulancia. Ella no decía algo, estaba pensando, estaba fuera de ella. Los paramédicos que la atendieron le dieron algunas pastillas, enseguida le recomendaron que descansara. Toda la banda y el fotógrafo estaban esperando por ellos para saber que pasaba con Gretel. En cuanto lo supieron se fueron. Ella esperaba en el sofá del camerino de Richard, esperando a que él se cambiara para irse juntos.

Mientras iban en el auto, él decidió preguntar.

-¿Qué pasó? -la chica fue capaz de verlo a los ojos.

Ella estaba desesperada, estaba preocupada, molesta y aterrada.

-Ella quería dinero. Se gastó todo lo que mi padre dejó. Sólo me buscó por dinero Richard -ella volvía a llorar- Me echó en cara que ella seguía enviándome dinero a Inglaterra, como si esa no fuera su obligación y como si ese dinero ella lo hubiera conseguido trabajando. Y él, ese idiota estaba muy feliz de lo que me hizo. Se burlaba de mí y dijo que volvería a hacerlo sin dudarlo -Richard decidió abrazarla. Y ella lloraba en sus brazos.

Llegaron al hotel. Él decidió acompañarla a su habitación. Se aseguró de que durmiera y enseguida se fue.

Al salir se encontró en el pasillo a Daniel. Richard maldijo cuando vio que este se acercaba a él. Ulhman estaba furioso.

-¿Qué diablos hacías ahí dentro, Richard?

-Piérdete Ulhman.

Kruspe no tenía ganas de pelear. Por esa razón trató de evitarlo pero Danny se lo impidió.

-Estás jugando sucio, Richard. Estás aprovechando su estado de vulnerabilidad.

-¿Qué estoy jugando sucio? Que demonios te pasa ¿crees que ella es un trofeo o un premio que debes conseguir para presumirlo a los demás? Que mala percepción del mundo tienes. Y a eso que tu llamas "aprovechando su estado de vulnerabilidad" se le llama empatía y se le llama apoyo. ¿Realmente piensas que ella se va a enamorar de mí? Necesitas poner los pies en la tierra. Tan sólo obsérvala a ella y obsérvame a mí. ¿Te parece que soy lo suficientemente atractivo para ella? Es obvio que no y si así fuera no la merezco. Sólo deja de verla como un objeto porque no lo es, ella no es un maldito concurso que se pueda ganar. Buenas noches Ulhman.

Richard se fue agotado a su habitación. Estaba molesto de la situación complicada en la que Daniel lo ponía. Gretel no era el maldito premio de un juego, no lo era.

Déjame Sanarte |Richard Z. Kruspe| RammsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora