La alarma sonó. Era hora de levantarse y preparar el desayuno para ella y para Maxime.
Gretel despertó sintiendo el cuerpo de alguien más en la cama, la estaba abrazando y roncaba ligeramente, ella sonrió, su Richard estaba a su lado.
Ese hombre despertó, frente a él tenía a, quien consideraba ya, el amor de su vida. El suave aroma de la chica invadió su olfato. Igual sonrió pero dejó de hacerlo cuando la chica trató de levantarse. En cuanto sintió eso, sujetó más fuerte a Gretel y la pegó más a su cuerpo caliente.
—Dormiste a la 1 cielo, déjame ir a preparar el desayuno. Sigue durmiendo hasta que yo te despierte —susurró Richard.
—¿Tienes idea de cuanto te amo, Reesch? Te apuesto a que es más que tú a mí.
Él sonrió, dio un beso en la frente de su novia y se levantó, ella siguió durmiendo.
Esa misma mañana, él se encargó de llevarlas a la escuela, a cada una de las dos mujeres. Ellas se fueron, no sin antes llenar a Richard de felicitaciones, besos y abrazos por su cumpleaños número 53.
Cuando ambas regresaron de sus escuelas, entre los tres partieron un pastel para celebrar el cumpleaños y comieron la comida favorita de Richard. Enseguida le dieron los regalos que planeaban darle el sábado. Entre ellos había tarjetas de cumpleaños creadas por ellas mismas, un par de anillos que ambas habían pasado horas eligiendo. A Richard le encantaron y no dudó ni un minuto en usarlos.
Al día siguiente, él debía irse, tenía concierto ese mismo día. Fue difícil la despedida, sin embargo se volverían a ver en algunos días más. La fiesta oficial del cumpleaños de Richard fue organizada por sus compañeros de la banda, quienes habían elegido los días perfectos para que los grandes amores de su vida estuvieran con él.
El viernes, en cuanto Gretel y Maxime salieron de la escuela, regresaron a casa por sus maletas y se fueron al aeropuerto. El vuelo no fue muy largo pero el hecho de que ambas habían tenido una semana pesada, había hecho que llegaran agotadas a Hamburgo, Alemania.
Llegaron solas al hotel y lo primero que hicieron fue recostarse en la cómoda cama de la habitación y comenzar a dormir. Richard llegaría en la madrugada, ese día tenía show en Düsseldorf y en cuanto terminara, toda la banda viajaría para encontrar a las chicas.
Richard llegó al rededor de las 3 de la madrugada. Entró en la habitación y se alegró de ver que alguien había estado ahí. Cuando llegó a la recámara lo único que quería era despertarlas para abrazarlas y besarlas, estaba emocionado, pero decidió no hacerlo, sabía lo difícil que era ser estudiante. Así que sólo quitó sus zapatos y se recostó con ellas. A pesar de la emoción pudo conciliar el sueño, también estaba agotado.
Cuando todos despertaron por la mañana, la emoción que cada uno tenía era hermosa. Gretel se sentía tan feliz de observar la forma en que Maxime se abrazaba a su padre, como sus ojos brillaban y la forma en que ambos se hablaban con tanto amor y cariño. Richard no podría vivir sin Maxime, ella lo tenía muy presente.
Esa tarde todos estaban muy bien presentables, sería una fiesta casual. Los hijos de Richard asistirían. Merlin no sabría que hacer al ver a Gretel de nuevo, el año pasado habían estado a nada de tener algo íntimo y ahora ella era novia de su padre. Iba a sentir mucha vergüenza, Gretel no la sentía, ni siquiera recordaba ese evento.
Cuando Richard entró al salón, llegó cargando a su hija, y a un lado de él estaba Gretel, todos los invitados se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir a ese hombre. Él con una enorme sonrisa comenzó a atravesar el salón para llegar a su mesa, donde Merlin y Khira esperaban con una sonrisa.
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Déjame Sanarte |Richard Z. Kruspe| Rammstein
FanfictionGretel Schober es una chica recién egresada de la universidad. Su trágica vida toma un rumbo diferente cuando recibe un mensaje que la hace trabajar para su banda favorita. ¿Será que hay un lugar para ella en el que finalmente encuentre paz? Portad...