Tres

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Olivia

Toqué la puerta de la pieza de Dani, que estaba abierta, y él se volteó para mirarme. Me dedicó una sonrisa amable mientras guardaba alguna ropa en el closet.


—Valen y yo pensamos pedir pizza para cenar, ¿te pinta?

—Dale —asintió.

—¿Tenés alguna preferencia? —me recosté sobre el marco de la puerta.

—En realidad no —se hundió en sus hombros—. Cualquier cosa estará bien, gracias.

—Valen, pedí pizza para tres de lo que te pinte —grité asomándome por la puerta para que hiciera el pedido, después volví a mirar a Dani.

—¡Dale!


Lo vi agarrar una caja del piso y alzarla en al aire. Se puso de puntas sobre sus pies con intención de subirla sobre el mueble. Me levanté para ayudarle, sin embargo, mi estatura era similar a la de él, por lo que tampoco alcancé.


—Le pediré ayuda a Valen —expliqué caminando hacia la puerta de su pieza y después me asomé en busca de mi novio—. ¡Amor! —lo llamé.

—¿Sí? —respondió desde nuestra pieza alzando la voz.

—¿Podes venir a ayudarnos con algo? —pedí.

—¿Cuál cosa?

—Vení y ya vas a saber. No seas pajero, Valentín —bufé.


Lo oí quejarse a lo lejos, pero de todas maneras salió de nuestra pieza y vino a la de Daniel, eso sí, con cara de culo.


—¿Qué querés?

—Subí la caja arriba del mueble —pedí y él resopló—. Y bueno, te tocó por ser el alto.

—Ya, sí —giró los ojos, poniéndolos en blanco.


Se adentró en la habitación y se juntó con Dani. Tomó la caja de sus manos, no sin antes decir en voz baja "permiso", a lo que nuestro compañero de piso asintió, cediéndole la pesada caja. Valentín la subió sobre el mueble sin dificultad y después se volteó hacia nosotros, mirándonos de manera divertida.


—Enanos —se rió y yo le saqué la lengua—. ¿Necesitan algo más? —miró al rubio.

—En realidad... —pateó una caja nueva que se encontraba en el suelo.

—Estás más cerca del piso vos —se burló y Dani hizo una mueca rara hacia él, provocando que Valen se ría.


Se agachó y recogió la caja del piso, ofreciéndosela a mi novio.


—Acá tenes, gigante —dijo con ironía, resoplando sobre su frente y haciendo que algunos mechones de su cabello se movieran.

—Gracias, enano —se rió un poco más y subió la nueva caja—. ¿Tenés más?

—Mira vos, sos más responsable con las cosas de Daniel que con las tuyas propias.

—Dani, porfa —dijo el rubio.


Si no recordaba mal, ya me pidió una vez antes que use ese diminutivo.

Okupa ↠ WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora