Okupa ↠ Wosani

Veintinueve

Olivia

Acaricié mi panza todavía plana mientras esperaba al doctor con los resultados. Desde que me había enterado que estaba embarazada, era algo que hacía mucho: acariciar mi vientre.

Si yo estaba nerviosa, entonces de Valentín mejor ni hablar. Estaba moviendo su pierna como tic nervioso todo el tiempo y mordiéndose una uña. Además se pasaba la mano por la nuca y por el cabello de vez en cuando, como solía hacer cuando estaba nervioso. Lucía adorable.

—Valen, ya —puse una mano sobre su rodilla para detener su pierna—. Me estás poniendo nerviosa también —me reí un poquito.

—Lo lamento —dijo dándole un descanso a su pobre uña—. Es que se está demorando mucho, ¿no crees? —su pierna volvió a cobrar vida propia— ¿Eso qué significa? Está todo bien, ¿cierto? —habló nervioso— ¿Por qué nos hace esperar tanto? Si hay algo extraño, merecemos saberlo —exigió—. Voy a buscarlo —se paró de la silla y tomé su muñeca para detenerlo.

—Ya va a venir, Valen —dije suave—. Vos espera acá conmigo, haceme compañía —lo hice sentar de nuevo y él asintió—. A ver, pensa en otra cosa —propuse— Contame cómo estuvo tu semana.

—Un poco rara —dijo sin más.

—¿Por qué? —pregunté y él me miró en silencio— Dale, contame —insistí ofreciéndole una sonrisa.

—No importa, Oli —sonrió un poco también, pero esa sonrisa jamás llegó a sus ojos.

—Decime —hice un puchero.

—Es Dani —dijo con cautela y yo me mordí la mejilla por dentro.

—No importa, decime igual —dije tras un pequeño silencio—. Accedí a que seamos amigos, ¿posta? Los amigos se cuentan las cosas.

—Sí, pero vos sos mucho más que mi amiga, Oli. Fuiste mi gran amor durante más de siete años y ahora sos la mamá de mi futuro hijo, también. No da hablarte de mi nueva relación.

—Quiero que seas feliz, Valen —aseguré tomando su mano—. Dani te hace feliz ahora, no voy a negar que todavía es un poco reciente para mí, pero te juro que amo saber que estás bien con él.

Largó un suspiro y pasó su mano libre por su rostro.

—No sé si "bien" es la palabra adecuada ahora mismo.

—¿Por qué? —fruncí ligeramente el ceño— ¿Qué pasó?

—La cosa está tensa entre nosotros desde que nos enteramos del embarazo —comentó con tacto y yo asentí—. Dani quiere dejarme porque piensa que voy a volver con vos —me miró y yo tragué saliva suave—. Oli, te sigo amando y dudo poder dejar de hacerlo alguna vez —me tomó de la mano—, pero ya no de ese modo... —susurró.

—Lo sé —dije en un hilo de voz.

—Sos una persona muy importante para mí y vamos a estar juntos siempre, vamos a tener un bebé juntos y lo vamos a cuidar juntos y a amarlo mucho —hizo una pausa—, pero yo...

—Hey, lo sé —traté de sonreír un poco también a pesar del dolor que producían sus palabras en mí, porque yo tenía que acostumbrarme a eso, esa era la nueva realidad. Acaricié su mano de vuelta—. No estás enamorado de mí, ahora estás enamorado de él —pronuncié con tanto amor como me fue posible.

Amaba a Valentín, por supuesto que lo amaba. Continuaba amándolo de ese modo, más que a nadie en el mundo, y además yo seguía enamorada de él. No podía juzgarlo porque ahora él tenía esos sentimientos hacia otra persona y a pesar de que me lastimaba que ya no estábamos juntos, yo quería lo mejor para él, quería que fuera feliz. Y yo sabía que ahora Dani lo hacía feliz.