Veinticinco

2.6K 224 249
                                    

Valentín

Aparté las lágrimas rápidamente cuando la puerta se abrió, miré a Dani entrar y me obligué a sonreír para que no note que he llorado. Debí fallar en mi intento, pues su rostro se tensó un poco en cuanto me vio, juntando sus cejas.


—¿Lloraste? —fue lo primero que salió por su boca, pero yo negué.


Se acercó a mí y carraspeé un poco la garganta para decir algo que lo convenciera, pero él tomó mi mentón y levantó mi cabeza haciendo que lo mire.


—Tenés los ojos rojos.

—Estuve fumando —mentí y él levantó una ceja.

—¿Tan boludo crees que soy? —se sentó a mi lado— Me molesta que me creas tan tonto. ¿Qué pasó? —preguntó recostándose un poco y yo mordí mi labio un poco nervioso.


Empecé a jugar con los dedos de mis manos, tratando de tranquilizarme un poco antes de hablar porque no quería arrancar a llorar delante de él.


—Olivia estuvo acá —respondí y él se incorporó rápido en el sofá, acercándose un poco más a mí.

—¿Cómo que estuvo acá?

—Yo la llamé —lo miré de reojo—, quería hablar con ella.

—¿De qué cosa? —preguntó un poco bajo.

—De nosotros —respondí de igual modo—. De ella y yo —hice una pausa—. De vos y yo...


Dije esto último más bajo de lo que tocaba, pero supe que me escuchó por la forma en la que me miraba. Él asintió un poco, manteniéndose en silencio para que yo hable.


—Creo que tomé una decisión —me animé a decir bajo su atenta mirada.


Sus ojos oscuros me gustaban más de lo que me gustaría reconocer, pero en ese momento me ponía un poco nervioso que me mirara de manera tan intensa.


—¿Y bien? —me animó— ¿Pensas contarme o vas a guardar el secreto? —bromeó, haciendo que el ambiente deje de estar tan tenso por un momento.


Me reí sin poder evitarlo, era un tonto y siempre conseguía hacerme reír, incluso en los momentos más tensos como este. Negué con la cabeza y acomodé un poco mi cabello de manera nerviosa. Cuando alcé la mirada de nuevo para verlo, estaba sonriendo por haberme hecho reír.

Maldita sea, Dani. Así no puedo.


—Creo que quiero que continúe siendo un secreto —bromeé y él hizo un puchero.


Sonreí un poco de lado y volví a apartar la mirada. Colocó una mano sobre mi rodilla y dejó un apretón amistoso, animándome a hablar. Suspiré antes de hacerlo.


—No pude hacerlo, Dani —murmuré para después mirarlo.


Él se tensó un poco, pero se quedó mirándome en silencio durante un momento. Finalmente largó un suspiro y asintió, pasando sus manos por su cabello.

Okupa ↠ WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora