Dieciséis

2.7K 219 159
                                    

Maratón 2/3


Daniel

—Te quiero en cuatro —ordenó de manera ruda.


El hecho de que su pecho subía y bajaba con fuerza no pasó desapercibido para mí. Lucía más que enojado, furioso. Pude notar también que tenía sus puños apretados a los costados, como si estuviera conteniéndose de aquel modo.


—Ahora —habló con autoridad y no lo puedo negar, aquello me calentó.


Sin embargo me sentía un poco aturdido, no lograba entender bien a qué se debía todo aquello, porqué había entrado a mi pieza de aquel modo y porqué parecía tan furioso. Después de un rápido vistazo a su entrepierna entendí todo. Levanté la mirada hacia él de nuevo, donde sus ojos celestes estaban un poco oscuros y dilatados ahora.


—¿Seguís celoso? —lo jodí mientras me aguantaba la risa.

—No estoy para jodas, Daniel —dijo de manera seria.


Noté una corriente eléctrica atravesar todo mi cuerpo.


—Bueno, yo tampoco —me crucé de brazos—. ¿Vos pensas que podes armar una escena de celos y después podes venir acá y exigir algo? —levanté una ceja y él gruñó.


Lo siguiente pasó muy rápido: arrancó mi celular de mi mano y lo tiró al piso, haciendo que yo gruña con sorpresa y enojo. Sin embargo no me dio tiempo para quejarme, me empujó una sola vez con tanta fuerza que caí sobre el colchón. Antes de que pudiera hacer nada se colocó arriba de mí e hizo presión sobre mis hombros para mantenerme inmóvil sobre el colchón, apretando con fuerza. Se sentó arriba de mi abdomen y gruñó, dedicándome una mirada furiosa.


—Creo que dejé muy claro lo que quiero —su voz era tan fría que logró hacerme estremecer—. A vos. En cuatro. Ahora —dijo palabra por palabra, haciendo que mi piel se erice.


Si tenía que ser sincero, ya me encontraba demasiado excitado como para llevarle la contraria. Además me calentaba más de lo que quería reconocer verlo todo enojado y furioso. Por raro que me resultara, me gustaba que estuviera tomando el control e incluso me calentaba que estuviera siendo un poco rudo.


—¿Me vas a hacer repetirlo nuevamente? —objetó y yo negué.

—No —respondí.

—Bien —gruñó y después estampó sus labios con fuerza contra los míos, haciendo que me tragara un jadeo de sorpresa.


Sus labios se movieron con necesidad sobre los míos y sentí la calidez de su cuerpo contra el mío, pues ambos traíamos solo un bóxer puesto. Valentín me mordió el labio con fuerza y yo gemí excitado, a pesar de que me estaba haciendo un poco de daño.


—Dale —dijo con mi labio entre sus dientes, apretando un poco más cada vez.


Me quejé un poco, lloriqueando como un nene, pero él no se detuvo ni cuando sentí un hilo de sangre brotar de mis labios. Por enfermizo que pareciera aquello también me excitó un poco, haciendo que sintiera un hormigueo en mi pija, que latía por atención. Valentín succionó mi labio y sentí un poco de alivio. Después se sentó sobre mi erección, frotando su culo deliberadamente y haciéndome gemir y cerrar los ojos.

Okupa ↠ WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora