Prólogo.

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25  de Diciembre, 2017

No se como me deje convencer de venir a esta fiesta. Malcom me aseguró que tenía que acompañarlo porque no quería celebrar solo.

Acabamos de cenar con mamá, papá y nuestro hermano menor, y ahora estoy aquí tratando de mantener mi vestido donde debería ir.

—Feliz navidad, nena— escucho esa voz familiar que me hace temblar.

Giro mi cuerpo para encontrar muy cerca a Ryder. Lo detallo, o quizás lo como con la vista. Con lo que lleve puesto se ve guapo, con un aire de chico malo que siempre ha llamado mi atención.

—Feliz navidad, Ryder.

—¿Qué hace la bella dama en un lugar como este?

—Malcom me convenció de venir— grito sobre la música.

—Bueno, no podemos dejarte sin un buen baile— toma mi mano y me guía a la pista— veamos que tiene la niña buena para mostrar.

—Deje de ser una niña buena hace mucho tiempo.

Cuando éramos niños él solía llamarme niña buena solo para hacerme enojar. Con los años el apodo me hizo sentir especial ya que de alguna manera llamaba su atención.

No soy buena bailando, lo admito pero eso no me desanima. Y al parecer a Ryder no le importa porque solo me apega a su cuerpo. No me parece raro, hemos bailado así muchas veces.

—Siempre un honor bailar contigo— dice en mi oído— pero hay alguien que está esperando por mi.

—Claro— sueno decepcionada pero me recompongo— diviértete, andaré por ahí.

Repasemos los pros y los contras de Ryder Montgomery. Siempre es atento conmigo, siempre se preocupa de mi, pareciera que me conociera más que nadie. El único gran problema, es un amante de las mujeres, de todos los tipos, menos yo.

Veo como esta vez va detrás de una una morena de cabello corto y una vez más me resigno a ser la hermana pequeña del mejor amigo.

Sin ánimos de seguir con mi agonía voy en busca de Malcom para que me lleve a casa. No está por ningún lado, voy a llamarlo pero veo un mensaje de él.

Mal: Me ha llamado Betty, tendrás que irte con Adam o Ryder. Besos hermana.

Suspiro, y busco a Adam entre toda la gente. Lo encuentro riendo con unas chicas. Adam es como el santo, él no tendrá problemas en llevarme porque no le arruinaré los planes.

—Adam— lo llamo y de paso saludo a las chicas— Mal me olvidó ¿Crees que puedas llevarme a casa?

—¿Qué pasa niña buena?— dice Ryder llegando a mi lado.

—El idiota de su hermano fue tras una arpía.

No negaré eso, Betty es una loca.

—¿Quieres que te lleve a casa?— pregunta el castaño— Adam tiene que volver con Angel.

—¿Qué hay de ti? No quiero arruinar tu noche.

—Creeme, mi noche se arruinó a penas ella confundió Inglaterra con Irlanda.

Si hay algo que Ryder no puede soportar es la gente inculta, bueno, por lo menos las cosas básicas. Asiento tratando de tranquilizar los latidos de mi corazón.

Así que terminé aceptando, y cuando menos me lo esperaba ya estaba en su auto camino a mi casa a punto de decir una frase que lo cambiaría todo.

Same Race.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora