Especial de Navidad.

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Especial de navidad.

24 diciembre 2012

Corro escaleras arriba hasta llegar a mi habitación. Llevo la bolsa de regalos en mi mano derecha. Miro por el pasillo para ver si mi hermano de once años no está espiando.

Si bien es grande ya, mis padres aman ver la cara de sorpresa cuando aparecen los regalos debajo del árbol, sin que él se de cuenta. También amo que mis padres lo hagan conmigo.

Cierro con pestillo la puerta de mi habitación y lanzo toda la ropa que está sobre la cama para hacer espacio.

Saco los papeles de regalo de la bolsa y traigo una silla para estar más cómoda.

El regalo de este año es "calcetines", para todos, mamá, papá, mis hermanos y los amigos de Mal, que son parte de la familia. Mi presupuesto no era mucho pero aún así quise darle algo.

Además mi hermano estará de vuelta en casa después de una larga temporada fuera.

—Bien, comencemos pues.

Tomo cinta adhesiva y le quito el precio a los presentes.

Hago cada paquetito con mucho amor y llego hasta el más importante, el del mejor amigo de mi hermano, Ryder.

Suspiro como adolescente enamorada. Es porque lo soy, con mis quince años se que estoy enamorada de Ryder. Lo descubrí el año pasado cuando al volver de la escuela lo encontré en la casa y me ayudó con mis deberes. Si, siempre lo he amado. Y no me importa la diferencia de edad, solo son cuatro años.

Vuelvo a los calcetines, estos en especial tiene unos pequeños corazones con lentes de sol y un trago en la mano. Indirectamente espero que entienda el mensaje. Quizás crea que le estoy diciendo alcohólico.

Le niego al aire quitando los pensamientos extraños que aparecen en mi cabeza.

Una vez terminado el último regalo pongo todo de vuelta en la bolsa y corro a mi baño, quedan dos horas para la cena pero quiero estar lista antes.

Me doy una ducha y me aseguro de limpiar cada rincón de mi cuerpo. Luego del baño tomo mi cepillo, mi cabello casi blanco se ve gracioso todo mojado. Pongo crema en las puntas y me pongo perfume antes de salir.

Llego a mi cama envuelta en la toalla y busco la crema para cuerpo cuando unos golpes en la puerta me hacen ponerme de pie.

—Jen— la voz de Ryder me detiene en mi camino a la puerta— tu madre dice que bajes para decorar el pastel.

Mi corazón se acelera más de la cuenta y tengo que afirmarme de un mueble cercano para no caerme, un mareo me sacude completa.

Tengo una enfermedad que afecta mi corazón, ha sido así desde que nací pero este último tiempo los doctores han visto un buen avance, los episodios son cada vez menos.

—Jen— dice de nuevo— la puerta está cerrada y no estás contestando, estoy a punto de derribar la puerta o llamar a tus padres.

—Estoy bien— entiendo su preocupación— es solo que estoy desnuda.

Quiero golpearme internamente por eso, no debí decirlo porque uno, no lo estoy, me envuelve la toalla, dos ¿En qué mundo le dices al chico que te gusta que estás sin ropa?

—Ah...— escucho como alarga la "a", se aclara la garganta— Yo... Yo Creo que esperaré abajo.

—Si, mejor, yo bajo enseguida— me muerdo el labio— Y no estoy desnuda, llevo una toalla.

Same Race.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora