Capítulo Diesisiete.

130 7 2
                                    


Espero que estén bien, cuídense mucho, no se estresen más de lo que ya están. Les traje este capítulo que escribí rapidísimo para que tengan un poco de liberación. Laven sus manitos con agua y con jabón.

—¿Sabes? Me alegra que no estés corriendo de mi departamento.

Bufo pero termino riendo.

Ambos estamos desnudos en su cama. Ryder descansa su cabeza en mi pecho y de verdad me encanta estar así, en paz.

—Me alegra no estar corriendo de tu departamento.

—¿Te encuentras bien?— su mano izquierda juega con mi estómago, haciendo figuras y patrones al azar— Tus latidos son irregulares.

—Siempre son así— susurro— es debido a mi condición.

—¿Crees que él o ella nazca con lo mismo?

—No, es poco probable, no es una enfermedad hereditaria. Solo tuve mala suerte.

—Lo siento, Jen, por mi culpa estás así—se separa un poco y aprovecho de besarlo.

Me deleito con su boca un buen tiempo y me separo tirando su labio.

—No tienes que disculparte, sé que esto es riesgoso y fue mi decisión seguir. Creo que este bebé está ahí para enseñarme un montón de cosas, lo espero con ansias.

—Cebollín— se agacha para quedar a la altura de mi estómago— no nos traigas muchos problemas ¿Si? Aquí te esperamos con ansias.

—Así es— como amo cuando habla con el bebé— ya quiero ver a tu papi cambiar pañales.

—Lo haré encantado— se recuesta en la almohada— Emma quiere que la visitemos un día de estos.

—Claro que si.

—También quiero que me acompañes a un lugar.

—¿Dónde?

—Un paseo— hace una mueca pensando— pero cuando tengas tus vacaciones de la universidad, no quiero interferir.

—Creo que tendré que dejar la universidad— sueno triste y es que es verdad— cuando el bebé nazca.

—Yo también estaré ahí para hacerme cargo, Jen, no tienes que dejar nada.

—Mejor me mantienes— pestañeo rápido ganándome una risa de su parte— no es cierto, pero tienes razón, podemos hacerlo.

—¿Crees que es muy rápido si te pregunto...?

—¿Si me quiero casar contigo?— alzo una ceja.

—¿Quieres venir a vivir aquí?

Mi corazón se paraliza unos segundos y quiero decir que sí, claro que sí pero recién estamos empezando esto, nos queda mucho tiempo.

—Por más que muera por decir que si no creo que ahora sea el momento, Ryder.

Asiente y relame sus labios. Me da un corto beso antes de ponerse de pie y comenzar a vestirse. Esa es mi señal para hacer lo mismo.

Sé que el hace todo con las mejores intenciones y ahora me doy cuenta, pero tiene que entender también que este tipo de cosas hay que hacerlas y pensarlas bien.

—¿Quieres ver cómo quedó la habitación del bebé?

—Por su puesto.

Toma mi mano y nos guía hasta la habitación.

Las paredes tienen colores crema, amarillos, celestes y también rosados. Hay una parte decorada con pájaros y algunos arboles.

—¿Dibujaste eso?

Same Race.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora