Quedaba un día para mi boda. Los preparativos ya estaban listos y las doncellas habían terminado de arreglar mi vestido. Era blanco como la nieve y a pesar de que fuera a utilizarlo en una horrible ocasión, debía reconocer que era precioso.
Ya estaba anocheciendo y no podía pegar ojo. Cada vez que lo hacía, Ramsay se manifestaba en mis sueños en forma de demonio. Ya no volvería a ser Lady Tarthon, ahora adoptaría su apellido. Seguiría siendo la cabeza de mi casa, pero el apellido se perdería para siempre.
Me levanté enérgicamente cuando me asaltaron las ganas de vomitar. Cogí un abrigo de pelo y rodeé mi cuerpo. Necesitaba algo de beber que relajase mis pensamientos.
En casa, solía compartir alguna copa de vino con mi padre. Nunca le importó que actuara en ocasiones como un chico, ni que bebiese o dijera palabras impropias de una señorita. Siempre pensé que deseaba un hijo varón, pero tras la muerte de madre, no quiso volver a casarse y no tuvo oportunidad de concebirlo. Él la amaba de verdad y fue eternamente feliz a su lado, por eso no quería casarme por la fuerza.
A pesar de todo, descubrí que él se sentía orgulloso de mí. Le gustaba tener una hija fiera, capaz de enfrentarse a algunos de sus más fuertes hombres sin miedo a la derrota. Le gustaba cabalgar y cazar conmigo a su lado. Si hubiese podido beber la copa envenenada que causó su muerte, lo habría hecho sin dudar. Habría dado todo por él, por eso ahora debía cumplir con mis responsabilidades como el futuro de los Tarthon, aunque no se torciesen en mi dirección deseada.
La puerta del comedor estaba entreabierta así que me colé silenciosamente. Si alguien me encontraba tratando de robar una jarra de vino, no le haría mucha gracia. Era una dama joven en el día previo a su boda; no podía estar bebiendo sin conocimiento en su habitación.
A penas di un paso en el interior, mis músculos se detuvieron. Los gemidos inundaron mis oídos y mi vista se dirigió a la enorme mesa del comedor. Una chica de cabellos rubios estaba sentada desnuda sobre ella. Con sus piernas rodeaba la cintura de Ramsay, quien entraba y salía de su interior implacablemente. Ella clavaba sus uñas en su cuerpo. Él se negaba a bajar la velocidad y, de vez en cuando, mordía su hombro dejando la marcas de sus dientes en su fina piel.
Debería haber salido corriendo de ahí, pero no lo hice. Me mantuve en las sombras, lo suficientemente oculta como para que no me descubriesen, y esperé. Esperé sin apartar mi vista de ellos. La mesa de madera resonó con las embestidas y, poco después, todo quedó en silencio. Ramsay suspiró y la chica echó la cabeza hacia atrás, extasiada. Debía de ser una doncella del castillo; juraría haberla visto alguna vez.
En cuanto el bastardo se apartó, la muchacha recogió sus ropa, se visitó con rapidez y desapareció por la puerta del lado contrario. Ramsay se subió los pantalones y se colocó la camisa que reposaba sobre la mesa. En cuestión de segundos cubrió su cuerpo pálido y musculoso.
- ¿Te ha gustado mirar?
Sentí los latidos de mi corazón ralentizarse, planteándome si se refería a mí o si alguien más podría estar presente en la sala. Aún en la oscuridad, sus ojos parecían descubrirme, así que desvelé mi posición. Ramsay se dejó caer sobre una de las sillas.
- Pensé que todo el castillo dormía. – respondí, serena. – Venía a por una copa de vino.
- Siéntate. – masculló. – Y sírveme a mí otra.
Hice caso a sus palabras. Vislumbré la jarra de vino, me acerqué hasta tomarla junto con un par de copas. Dejé una a su lado y tomé asiento en una de las sillas, dejando un par de metros de distancia entre nosotros. Llené su copa y luego la mía. Mientras que yo la llevé a mis labios para darle un sorbo, él la terminó de un solo trago y la rellenó.
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Una obsesión letal | Ramsay Bolton
FanfictionSer la única hija de su casa la llevará a aceptar un matrimonio que no desea. Pronto descubrirá que se ha metido en la boca del mismísimo lobo, pero tal vez pueda encontrar cierto placer en ella. 20/7/2020 ➞ #1 ramsaybolton 26/5/2022 ➞ #1 bolton #...