Capítulo Mágico 33✨

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-R-Raphaelo, por favor.. ¡Debe haber otra manera de arreglar las cosas! -. Suplicaba Crystal, viendo como el jefe se quedaba entre las sombras observando como sus tres secuaces la ataban de alas, pies y manos a una silla que conectaba con muchos cables y palancas, colocándole dos pequeñas y finas manguera desde los lacrimales de sus ojos hasta una pequeña botella.

Intentó forcejear con las correas que ataban sus manos a cada lado de la silla, pero fue inútil; Le había enseñado a todas las Geo Hada a hacer nudos, los tipos de cuero, las telas y muchas cosas más, y Raphaelo no era la excepción, había aprendido muy muy bien después de todo.

Él jefe sonrió y asintió a sus tres secuaces que se retiraran de ella. Estos son chistar, como zombies, obedecieron y se alejaron. Raphaelo caminó lentamente hacia Crys manteniendo en su rostro una sonrisa macabra y victoriosa de satisfacción.

Crystalleder mantenía la mirada baja evitando hacer contacto con el jefe, estaba confundida, pérdida, enojada, triste... Con varios sentimientos negativos encontrados, y tanto fue su concentración en sus pensamientos que no se dió cuenta que Raphaelo la había tomado del mentón, obligándola a verlo.

-Por favor.. -. Suplicó en vano con los ojos ya cristalizados.

-Eso es, pequeña. Solloza, llora para mí, Crystalleder. Hazlo -. Susurró sonriendo. Crys no lo entendía y negó inconscientemente, cosa que enfado a Raphaelo.

-N-No voy a ser débil delante de ti -susurró endureciendo su mirada y tensando su mandíbula.

El jefe le miró de forma sería y con una chispa de ira en sus ojos la tomó con fuerza del mentón a lo que Crys soltó varios quejidos de dolor.

-¡Escúchame bien, Crystalleder, estás aquí para obedecer mi voluntad!. -Le gritó enojado -Vas a soltar todas esas hermosas lágrimas que tienes. Tu poder le dará vida a mis máquinas y con tu magia podré tener una vida nuevamente, podré cambiar mi aspecto y así ser de nuevo una hada más en estas tierras -. La soltó con fuerza del mentón a lo que Crys le miró con algo de temor.

-¿D-De que estás hablando? -susurró con leve temor.

El jefe le dió la espalda y miró a la ventana desde lejos. -¿Que aún no lo entiendes? Tus lágrimas son agua, son la fuente viva de la vida. ¡Con ellas, más tu energía mágica, mis máquinas podrán funcionar a mi gusto y así podré hacer a más de ellos! -. Se giró sonriendo de forma cruel y señaló a sus tres hadas secuaces.

Crys había entendido lo que el jefe planeaba. -¡Eres un cobarde, un usurpador! Solo quieres tener un ejército de hadas oscuras de La Hondonada y así.. así poder quitarle el poder a la Reina. Tú planeas ser el Rey -susurró bajando la mirada sin poder creerlo.

-No eres tan ingenua y tonta como creí -se burló sonriendo.

-Pero.. no fueron mis lágrimas las que convirtieron a estas tres hadas en .. Hadas Oscuras... -susurró viéndolos. Y ahora que lo notaba bien.. las hadas tenían un uniforme negro, sus alas estaban casi quebradas, aunque aún funcionaban, sus ojos eran de un color grises inexpresivos, sus pieles eran pálidas y sus cabellos eran negros. -U-Un momento... ¿Terence? -. Susurró observando a un hada en particular y su mandíbula cayó de sopresa al ver que el chico hada que le había ayudado en un principio, estaba allí siendo controlado por el jefe.

El jefe solo reía con fuerza macabramente. -¿¡No es grandioso!? ¡No eres la única hada en La Hondonada que da vida con sus lágrimas y su magia! -

-¿¡Que le hiciste a Terence, Raphaelo!? ¡No voy a permitir que conviertas más hadas!-le gritó aterrada y comenzó a forcejear con más fuerza mientras sus ojos se cristalizaban.

-¡Hadas, traigan a Sheebbazer y a Chelleiar. Es hora de que tengas una nueva motivación para darme tus lágrimas -. Susurró saliendo de aquel lugar, dejando a Crys sola, gritando un par de cosas, y simplemente iluminada con la tenue luz que entraba por la ventana de púas.

-¡No, con ellas no!. ¡T-Te daré todas las lágrimas que quieras, pero con mis amigas no! -gritaba mientras finas lágrimas bajaban de sus ojos, entrando por las mangueras pequeñas, llegando así a la botella transparente que había al lado.

Raphaelo, estando de pie en la puerta y dándole la espalda a Crys, sonrió victorioso al percibir esas emociones de angustia y miedo de que sus amigas fueran lastimadas.

Se dio la vuelta, sin borrar la sonrisa de su cara, viendo a la hada. -¿Decías..? -.

Crys de un momento a otro levantó la mirada con los ojos cristalizados y soltando pequeñas lágrimas. -Eres un.. monstruo -. Susurró en bajo.

Un pequeño brillo resplandeciente color blanco iluminó la habitación; las alas de Crystalleder comenzaron a emanar una energía poco fuerte que inmediatamente el jefe se acercó a ellas tocándolas. Una vez su mano se deslizó por la suave y resplandeciente ala su cuerpo fue tomando una forma distinta a la que tenía.

Nuevamente había adquirido las características que conservaba cuando llegó al país de Nunca Jamás, nuevamente volvió a ser El Jefe Hada.

-Paso uno: Listo -. Susurró sonriendo, pero al retirar la mano del ala volvió a ser esa misma hada oscura que en verdad era. -¿Que? ¡No puede ser posible! ¡Agh! -gruñó enojado y abofeteó a Crys con fuerza -¡Tu magia no es suficiente, necesito más! ¡Necesito de tus lágrimas, trabaja rápido! -le gritó con fuerza viendo cómo instantáneamente del golpe Crys giraba su cabeza con la mejilla muy roja por el mismo.

La chica simplemente soltó un jadeo de dolor, y sin girar su cabeza por el temor, soltaba una y otra tras otra lágrima rápidamente sin poder evitarlo. La dulce hada que había visto como a un padre adoptivo ahora abusaba de ella solo por su magia y la vida que producía está. Estaba hecha un desastre en ese momento, pero solo podía pensar en el hecho de que no tocaran a las hadas, mucho menos a Chelleiar y Sheebbazer, o al menos a Los Guardianes Relámpago.

|1| Tinkerbell Y Las Geo Hadas «|Terminada|»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora