Capítulo Mágico 18✨

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Mientras tanto, con Jorillen y Sheebbazer.
-Jorillen, ¿Sabes cuándo vendrán Raphaelo y Crystalleder?- preguntó Sheebbazer, quien ayudaba a recolectar la comida para que Georgina cocinara ricas meriendas.

Ya habían pasado dos días de que las Geo Hadas habían desaparecido por esa estrella, sin que las dos amigas supieran.

-Oh, vamos. Tranquila, el Jefe Hada y la pequeña Crystalleder volverán pronto, solo... Es algo que el Jefe está buscando, y aún no encuentra- le explicó él, quien sabía claramente de lo sucedido, y se preguntaba a sí mismo si podía seguir sosteniendo esa mentira.

-Lo entiendo- asintió con la canasta de paja en su mano -Oye, Jorillen... ¿Sabes si hay más hadas como nosotros?- preguntó ella casi en un susurro.

-¿Eh?- el hombre se giró y le miró -¿Como nosotros?- la fría brisa de la noche golpeaba las caras en ambas hadas mientras terminaban de recolectar lo suyo.

-Si, ya sabes... Hadas, como nosotros, más de nosotros. Dudo mucho que solo estemos nosotros.- añadió Sheebbazer.

-Claro, pequeña, claro que deben haber más de nosotros pero no sé en dónde- él suponía muchas cosas acerca de la estrella pero no se atrevía a realizar comentarios sobre está y los seres monstruosos que habitaban allí.

-¿Algún día conoceremos más hadas?- preguntó con algo de entusiasmo.

-Claro, Sheebbazer, lo haremos. Por ahora... Volvamos a casa del Jefe, caerá algo de lluvia en este verano, sorprendente- sonrió.

Ambos terminaron de recolectar los frutos y demás, y se dirigieron hacia la casa de Raphaelo. Allí, Georgina y Chelleiar, esperaban ansiosas para poder cocinar la merienda.

Mientras tanto, con Georgina y Chelleiar.
-¿Conoces algo sobre esa estrella, Gina?-

Georgina, quien bebía un dulce jugo de manzana, se atragantó al oír la pregunta.

-¿Cómo qué cosas podría yo conocer?- miró a la tierna Chelleiar y sonrió -Solo se que es una estrella, acompañada de otra, y una tiene un brillo más fuerte que la otra, no es nada del otro mundo-

-Entiendo, pero... ¿Que sucede cuando un hada muere?, ¿Aparece una estrella brillante, como esa?, ¿Tendremos la oportunidad de conocer a más hadas como nosotros?- le miró curiosa.

-Claro, linda, pero todo a su debido tiempo. Por ahora, ayúdame... Necesitamos cubrir bien este lugar, al parecer una tormenta se aproxima- susurró Gina, viendo por el pequeño agujero que traía la puerta, cómo se aproximaban varias nubes.

-Ok, iré a las habitaciones, tal ves Crys y Raphaelo vengan- ella subió volando al siguiente piso, para organizar las habitaciones.

-Lo siento, pero poco sabemos de ella... Solo Raphaelo y Crystalleder saben lo que hay allí, aunque... No sabremos si los volvamos a ver- susurro para ella.

-Entonces es cierto...- Chelleiar estaba tras de ella, aún volando, escuchando atentamente lo que decía -¡Ustedes lo sabían!- gritó con todas sus fuerzas -¡No dijeron nada!- le señaló enojada.

-Chelleiar, calma, por favor, no es lo que parece- Georgina le miró preocupada -Cuando..- suspiro -Llegue Jorillen y Sheebbazer hablaremos todos-

-Ya veo que era lo que tanto ocultaban. Todos aquí ocultan muchas cosas- ella salió volando rápidamente hacia las habitaciones de arriba, específicamente la de Raphaelo, la cual nadie había entrado desde que ellos habían salido.

Varios golpes leves se oyeron en la puerta. Gina quien estaba cerca de ella, les abrió a Jorillen y a Sheebbazer.

-Hola- le saludó, algo triste, formando una sonrisa torcida.

-Hola, linda- le respondió Jorillen, mirando su rostro.

-¡Gina!- Sheebbazer se lanzó y la abrazó -Recogimos muchas cosas, ¿Podrás hacernos unos ricos postres de frambuesa?, Fue lo que más trajimos- sonrió Sheebbazer, aplaudiendo muy contenta.

-Claro, pequeña. Deja las cosas en la mesa, yo tengo que hablar con mi esposo unas cosas- le comentó ella. Rápidamente, Sheeb, se fue a colocar las cosas donde ella le había dicho, mientras la pareja hablaban.

-¿Sucede algo?- le susurró el esposo.

-Chelleiar, ya sabe lo de Raphaelo y Crystalleder- bajó la mirada triste.

-¿Cómo es que...-

-Me escucho decir algunas palabras, acerca de la estrella, y luego yo dije que no sabíamos si ellos volverían. Lo dije para mí misma, se suponía que ella estaba arriba- Gina, muy triste abrazó a su esposo y este la ayudó a consolarla.

-Hablaremos con las niñas, no te preocupes. Tarde o temprano ellas tendrían que saberlo-

-Prepararé la cena, tú, por favor, buscalas-. El esposo asintió y ambos salieron a realizar sus labores.

Finas gotas de lluvia, mezcladas con truenos y relámpagos, se hacía visibles en el cielo, mientras que cada Geo Hada tenía sus pensamientos en otro lado. Gina estaba aterrada, no sabía en donde podía estar el Jefe, ni mucho menos Crystalleder. Jorillen, por su parte, estaba preocupado por las niñas.

A su vez las dos pequeñas hadas estaban en el cuarto de Raphaelo, una comentando a la otra lo sucedido, mientras que esta misma no se podía creer lo relatado.

|1| Tinkerbell Y Las Geo Hadas «|Terminada|»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora