Capítulo siete

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Los fantasmas al ver al intruso, no dudaron en lanzarse al ataque. Red no sabía qué hacer, no podía invocar a su Pikachu por temor a que Blue supiera su verdadero origen. La castaña por su lado, no podía hacer uso de sus hechizos por miedo a que su compañero de clases supiera su gran secreto. Por causa de aquellos pensamientos, ninguno pudo darse cuenta que un ser que respondía al nombre de Gengar ya estaba frente a la chica mientras se preparaba para atacarla con una bola de energía oscura.

— ¡Al suelo! —Gritó el de ojos rojizos haciendo que la joven fuese guiada por sus reflejos.

Red como pudo, eludió a los fantasmas que estaban frente a él para dirigirse hacia donde estaba su compañera de clases. Como pudo, concentró su aura en su puño y le propinó un golpe a aquel fantasma haciendo que este se apartara y así pudiese tomar a Blue del brazo y levantarla para que ambos escaparan de aquel lugar.

Ingresaron al instituto mientras buscaban algún posible lugar para poder refugiarse. Entraron al salón donde recibían clases, mientras Red cerraba la puerta y se sentaba en el piso indicándole a la ojiazul que hiciera lo mismo. Ambos jadeaban del agotamiento por haber corrido una larga distancia. El silencio en el lugar era sepulcral, e inclusive, solo podían escuchar sus propias respiraciones.

— ¿Qué haces aquí a estas horas? —Se animaron a preguntar ambos en voz baja.

— ¡Yo te pregunté primero! —Respondieron al mismo tiempo.

— ¡No, lo hice yo! —Ok, ese asunto se estaba volviendo molesto.

— Bueno, para aclarar tu duda, vine porque tenía que entregar un libro y creí que aun estaba a tiempo —habló la castaña mientras se le veía ya más recuperada de aquella huída.

— Pues yo... bueno... yo... eh... —Red se quedó pensando por unos instantes, tenía que inventarse una excusa que fuese bastante creíble.

— No te hagas el tonto —habló la joven— ya sé porqué estás aquí.

— ¿Por qué? —Preguntó con temor el azabache.

— Viniste porque querías atrapar al sujeto que rompió el vidrio la vez pasada —fue la inocente respuesta que dio la joven.

Hubo más silencio del que ya había, haciendo que Red suspirara de alivio. Pudieron escuchar los murmullos de aquellos fantasmas así que sin dudarlo, Red le tapó la boca a Blue y ella hizo exactamente lo mismo con él. Lo que no sabía ninguno era que ambos se sentían impotentes al no poder usar sus habilidades para poder escapar de ahí. La castaña pensó en algún hechizo que pudiera servirle para utilizarlo de forma sigilosa, mientras que Red pensó en que una buena idea era dejar a su amiga en el interior del salón mientras él salía para acabar con los fantasmas que quedaban.

El pequeño alboroto pasó y al darse cuenta de ello ambos se pusieron de pie mientras decían:

— Quédate aquí, iré por ayuda.

— ¡Otra vez estás diciendo lo mismo que yo! —Exclamaron un tanto fastidiados por lo que estaba ocurriendo.

Solo pasaron unos segundos para que luego sonrieran y le vieran el lado gracioso a eso de estar hablando al mismo tiempo. Tomaron la decisión de irse del lugar de forma sigilosa, sin que los fantasmas los pudiesen notar. Red abrió la puerta mientras asomaba ligeramente la cabeza. Blue también se asomó y al no ver a nadie cerca, decidieron salir de su escondite.

La castaña sentía un poco extraño el ir tomada de la mano del azabache, mientras este solo pensaba en sacar de ese lugar a su amiga. Por alguna razón, él sentía que no se iba a perdonar si algo malo le ocurría a su acompañante. Red pudo ver que se estaban acercando algunos fantasmas y sin avisarle a Blue, se la llevó a las escaleras que para su suerte estaban muy cerca, colocándose precisamente en una esquina donde la luz de la luna no iluminaba.

Brujas, cazadores y pokémon (Luckyshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora