the war is coming

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La guerra está llegando. La jodida guerra está llegando, como diría Indigo Astor, la mejor amiga de Briar West. Y todos están asustados. Muy poca gente quiere admitir que El-que-no-debe-ser-nombrado ha regresado y todo ha cambiado. El Ministerio de Magia quiere ocultarlo. Cornelius Fugde, el actual Ministro, es quien más quiere dejarlo enterrado. Él no quiere ser despedido de su puesto, debido a que la vuelta de aquel poderoso mago fue en el tiempo en el que estaba al mando, por lo que le importa más su reputación y cargo, que la catástrofe que se va a originar en el mundo mágico. No quiere admitir que todo está cambiando. No quiere admitir que él ha regresado.

En el momento en el que Harry Potter tocó aquella copa, en el Torneo de los Tres Magos, junto a Cedric Diggory, todo empezó a cambiar. El Hufflepuff fue asesinado por El-que-no-debe-ser-nombrado, pero nadie quiere creerlo. Y el Ministerio quiere hacerles ver que fue un trágico accidente. Pero Harry, quien nunca podrá borrar aquella imagen de su mente, y la culpa en su corazón, sabe de sobra lo que vio. Y Dumbledore le cree. Y quien esté con Albus Dumbledore, también estará con Harry Potter.

El Profeta no para de llamar a Dumbledore y a Harry mentirosos; blasfemos. De los magos y brujas que leen el periódico, tres cuartas partes no quieren que sus hijos vuelvan a Hogwarts, debido a que Albus Dumbledore es el director, y creen que está chiflado (o más de lo que ya estaba). Creen que él les implantará aquellas ideas. Pero no lo está haciendo. Solo comunica la verdad. Dice lo que nadie quiere escuchar, y eso les enfada.

Briar West lo único que puede hacer es esperar a la carta que viene cada año, antes de que llegue el 1 de septiembre. Ella recibe el periódico cada mañana, preocupándose más y más por todo lo que está sucediendo. Ella creía ciegamente en Dumbledore, y eso también incluía a Harry. Aquel director le había ayudado tanto que no podría estar en su contra aunque le ofreciesen más de cinco mil galeones.

Ella es hija de muggles. Es decir, que su padre y su madre son muggles. Ella se ha encargado personalmente de que no sepan lo que está ocurriendo en su mundo. Les dice que todo lo que recibe son cartas de sus amigos, enviándose mensajes todos los días, aunque en realidad son periódicos del Profeta. Sus amigos están más metidos en el mundo mágico, debido a que algunos son sangre pura y otros mestizos, no hijos de muggles, por lo que sus familia están al tanto de todo esto.

Pero Briar no quiere preocupar a sus padres, quienes tanto se esfuerzan por entender el mundo de su hija. Lo único que quiere es volver a Hogwarts y prepararse para lo que va a venir, protegiendo a su familia. Como buena Ravenclaw, no es tonta. Ella sabe perfectamente lo que pasa, y pensaréis... Para ella sería muy fácil desaparecer, quedarse en su mundo, sin llamar la atención. Pero la morena no quería hacer eso. Ella quería ayudar, sacando su coraje, el cual había estado escondido durante todos estos años.

Ella era muy conocida en Hogwarts, al igual que sus amigos, por su increíble personalidad, además de inteligencia y destreza con el quidditch, siendo cazadora. Sus amigos eran todos de distintas casas, estando repartidos por todo el colegio, llegando a todos los rincones. Y ella quería pensar, que eso podría ayudar a que los estudiantes se diesen cuenta de lo que estaba pasando en su mundo, y que dejasen de leer ese periódico, en el que no paran de aparecer mentiras. Briar quería ayudar a esos hijos de muggles, que corren más peligro que los mestizos o los de sangre pura.

Ella, este año, va a luchar.












Ella, este año, va a luchar

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Hunger Of Revolution [ f.w, 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora