Hunger Of Revolution [ f.w, 1 ]

xiii. anthony de meath and the disastrous game

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anthony de meath y
el desastroso partido
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El partido de quidditch ya se estaba acercando, y se notaba en el colegio. La profesora McGonagall, ese mismo día, les había dicho que no les mandaría tarea, con la excusa de que iban muy avanzados; aunque en realidad quería que los jugadores que estaban en su clase tuviesen tiempo para entrenar.

Mientras tanto, Briar había notado que Snape no había parado de reservar el campo de quidditch para el equipo de su casa, haciendo que los Gryffindor tuviesen grandes dificultades para poder entrenar.

Había bastante tensión, y todavía estaban a miércoles, faltando dos días para que llegase el partido que iniciase la esperada temporada. No se disputaba un partido de quidditch desde hace un año, debido a que el año anterior se celebró el torneo, cancelando la temporada de quidditch.

Briar en ese momento se encontraba en la biblioteca ya que había salido de la clase de Aritmancia y tenía que hacer tareas sobre otras clases. Estaba sola debido a que sus amigos estaban en otras clases, mientras que Fred y George estarían haciendo cosas de bromistas por el colegio.

Se encontraba frunciendo el ceño debido a que la tarea que Aurora Sinistra les había dejado de Astronomía era más complicada de lo que pensaba. Los arcos que debía trazar debían ser muy precisos, teniendo estrellas que no podía ni encontrar en el mapa. Había escogido cursar esa asignatura porque le parecía interesante, pero se le estaba haciendo más pesada a lo largo que pasaba el año.

—Hola—. alguien le dijo con tono jovial, colocándose de pie a un lado de la mesa.

Briar alzó la cabeza y vio a un chico, de pelo castaño largo rizado, con ojos verdes y facciones marcadas. Tenía algunas pecas esparcidas por el puente de su nariz y sus labios eran finos, alargándose, dejando ver una sonrisa alegre. Briar sonrió también, aunque estaba algo confundida, ya que no se esperaba a alguien así de alegre viviendo hacia ella.

Briar le había reconocido, ya que estaba en séptimo año e iba a su casa, además de compartir algunas asignaturas con él. Anthony de Meath. Normalmente estaba acompañado por otro chico, de Hufflepuff, así que no se socializaba; otra cosa que extraño a la chica.

—He visto que estás con Astronomía y tienes algunas dificultades...— dijo él señalando el mapa.

—Sí, unas pocas—. dijo ella apenada. No le gustaba reconocer sus errores delante de los demás. Era lo suficientemente autosuficiente para hacer las cosas por ella misma aunque le costase.— Pero puedo con ello.

—Yo no veo que puedas—. rió el chico ligeramente. Tenía una bonita risa.— Te he estado observando desde allí y no paras de fruncir el ceño y bufar.

Briar le miró con las cejas alzadas y con una sonrisa divertida, aunque estaba notando sus mejillas calentarse. Anthony abrió los ojos al darse cuenta de lo que había dicho.