xx. fallen walls

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———————— [ xx ] ————————muros caídos ———————— [ xx ] ————————

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muros caídos
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Briar tenía el ceño fruncido mientras leía la carta que le acababan de mandar sus padres. Parecía ser que Dumbledore les había explicado vagamente que estaba allí, pero ellos no saben por qué hacía falta. Por qué estaba allí. Y con qué propósito, porque claro, ellos seguían sin tener ni idea de lo que pasaba en el mundo mágico.

Y el día siguiente era Navidad, así que ya podría ir preparándose una explicación, porque sus padres no pasarían de ese día sin saber lo que pasaba, y en lo que estaba metida su hija.

—¿Estás bien?— le preguntó una voz.

Ella subió la cabeza, sentada en su silla de la cocina, sorprendida al ver a George delante de ella. Casi había pensado que era Fred, pero tenía suerte en poder reconocerlos incluso si estaban solos.

—Uh, sí...— dijo ella encogiéndose de hombros.

—Deja de mentir—. dijo riendo, mientras se sentaba en una silla a su lado.— Yo creo que llegados a este punto no debemos ocultarnos más cosas.

—Tienes razón...— rió ligeramente Briar.

Y en verdad, habían pasado por muchas cosas juntos. Habían averiguado cómo hacía los castigos Umbridge mediante su mano dolorida; juntos se habían unido al ED; ellos la habían contado lo de su proyecto de abrir una tienda en el Callejón Diagon y poder vivir allí. Y ahora que los tres tenían conocimiento de la Orden, y Briar además estaba en ella, la morena también consideraba que podía confiar sus pensamientos a los gemelos.

Aunque ahora sólo se lo diría a uno. Por cuestiones obvias.

—Mis padres no saben lo que está pasando en el mundo mágico—. le explicó frunciendo los labios.— Saben que algo malo viene, porque me lo han notado. En verano no dejaba de recibir periódicos, y aunque les dijese que eran cartas de mis amigos, ellos no eran tontos. Además... Hay una razón por la que se me dan bien los hechizos que nos ha enseñado Harry.

—No se te dan bien. Prácticamente los dominas—. rió George cuando la escuchó.

—Y eso es debido a que en verano estuve aprendiéndome todos y practicándolos aprovechando que era mayor de edad y ya podía hacer magia fuera del colegio.

—Pero... ¿Cómo lo has hecho? En casa no tienes a nadie que te enseñe...— dijo George curioso, sin haberse esperado que la chica hubiese estado preparándose desde hace tanto tiempo.

Hunger Of Revolution [ f.w, 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora