Cap 5

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Mientras azirafel disfrutaba de su tiempo libre intentando cuidar al siguiente ángel en camino recibió una extraña visita, el olor a azufre se esparcía por la casa y su olfato de embarazado lo comenzaba a sentir, unas náuseas inmensas llegaron a el y rápidamente se asomó para ver quien era y se encontró con el mismísimo anti-cristo, el pequeño y tierno Adam young, un pequeño que, además de ser un alfa amable, recurría varias veces a la casa de aquel ángel, aveces con sus amigos, aveces sin ellos, siempre con la misma intención, poder escuchar las divagaciones de el ángel mientras este lo alimentaba con toda clase de bocadillos dulces que podía imaginar.

-hola, señor azirafel?- hablo Adam llamando a la puerta y entrando dentro de la librería

Azirafel simplemente llegó a saludar rápidamente al muchacho para luego salir corriendo al baño, al parecer el embarazo sería algo duro. Adam no quedó atrás, siguió al ángel y noto como este no se encontraba de el todo bien, en un intento de ayuda lo llevó hasta el sillón donde solía sentarse y lo dejó ahí para luego sentarse frente a él y mirarlo.

-lo siento tanto Adam, creo que no me siento bien- explico el ángel un poco mareado mientras a duras penas con un milagro aparecía postres para el muchacho- si quieres puedes tomar y comer postres- expresó el ángel acomodándose en el sillón

-qué le pasa señor?, su olor hoy es particularmente más dulce- explico el pequeño alfa olfateando a lo lejos el olor de el ángel

Azirafel se sorprendió un poco pero lo dejó pasar, al ser el anti-cristo tendría algunos dones inexplicables además de ser un muchacho muy atento el cual se molestaba en preocuparse por el.

-cierto, joven Adam, estoy un poco...enfermo- intentó mentir el ángel, algo lo cual no le salió del todo bien

-porque miente señor ángel?, no debería de mentirme a mi- comentó sin más el muchacho tomando una rebanada de pastel, esas palabras le sacaban un escalofrío

-ahg, bueno, pequeño Adam, pronto tendré un pequeño invitado en mi familia...estoy en cinta- comentó nervioso el ángel mientras cerraba sus ojos y posaba sus manos sobre su vientre

El pequeño quedó en shock ante tal revelación.

Lo que pasaba en esos momentos era algo extraño, el pequeño anti-cristo, había tomado cariño por aquel ángel al punto de sentirlo como una madre para el; entendía que contaba con su madre terrenal pero simplemente era diferente, a su madre no podía contarle todo lo que le pasaba en esos momentos, los dones que desarrollaba, las voces que escuchaba, el echo de haberse enfrentado al mismo satanas en persona. El echo de poder estar con el ángel le daba una sensación de tranquilidad interna, de escucharlo divagar acerca de cualquier tema que el sacara lo hacía sentir feliz, incluso aunque sus amigos les pareciera aveces aburrido o incluso trivial para el era algo sumamente relajante y precioso, era algo a lo que se le llama "lazo del destino".

El lazo del destino es algo diferente a un lazo cualquiera. A pesar de que Dios crea a una persona para otra estas personas tienen que "marcarse" esta es una acción a la cual le llaman "enlazarse", para que una persona sea complemente de la otra, todo a través de una simple y profunda mordida en la nuca de el omega, esta es una acción que solo los alfas y omegas pueden hacer; en cambio un lazo del destino es aquel que se forma por un vínculo entre dos personas, mejores amigos, padres e hijos, personas que a pesar de no tener ningún lazo llegan a estar completos con la presencia de el otro, todo esto sin ninguna intención de territorio, todo con una intención de cariño y afecto. Todo esto simplemente podía suceder una vez.

Eso era algo que había pasado entre el pequeño Adam young y nuestro ángel azirafel, habían formado un lazo del destino. El pequeño Adam volteo su rostro para evitar que el ángel notara que lágrimas bajaban por sus mejillas pero aún así logró alertar a este haciéndolo dirigirse hacia el joven de cabellos rizados.

-Adam qué pasa?, aun podrás a venir a tomar el té conmigo, nada cambiará - expresó el ángel mientras se arrodillaba frente al joven Adam que se negaba a verle

-pero ahora el será más importante que yo, lo entiendo, el si será tu hijo- susurro intentando ocultar su voz quebrada, algo lograba romperle el corazón a azirafel

-Adam, tú siempre tendrás ese lugar especial en mi corazón, este no será algo que te quite...tal vez si tenga que prestarle un poco más de atención aveces pero yo nunca te ignoraría, yo te quiero como si fueras mi propio hijo- comentó el ángel con la voz igual de quebrada

Esas palabras llegaron al corazón del joven alfa el cual se abalanzó cuidadosamente sobre el ángel en un abrazo el cual fue aceptado rápidamente, era cálido y perfecto, querían quedarse de esa manera para la eternidad, si era posible.

Después de unas horas el joven Adam quedó dormido sobre el regazo de el ángel, este simplemente se dedicó a acariciar sus caireles y leer un poco de lo que aún tenía pendiente, por la puerta entró Crowley el cual intentaba sorprender a su azirafel pero este le sorprendió haciendo una señal de que guardara silencio.

-qué pasa aquí?- pregunto el demonio algo extrañado sentándose al lado de el ángel

-el viene muy seguido a tomar el té conmigo, hay hubo unos cuantos problemas pero nada que un abrazo y unas palabras no puedan solucionar, es un gran Niño- expresó azirafel con una sonrisa boba en sus mejillas

De cierta manera le causa un poco de celos a Crowley el que su ángel, el cual esperaba un hijo suyo, estuviera dejando que otro alfa se recostara en su regazo, que otro alfa pusiera su olor en el, que otro demonio fuera igual de cercano a el. Pero el ver la simple sonrisa cálida de azirafel perdida en el horizonte mientras acariciaba los caireles de aquel ante-cristo lo hacían reflexionar e incluso sentir igual comido; tomando la mano libre de el ángel ambos observaron el horizonte en silencio mientras aquel Niño dormía.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora