Cap 7

1.9K 246 16
                                    

En realidad había muchas cosas en la cabeza de azirafel, pronto tendría un bebé celestial el cual no tenía muy seguro quien era su padre, tampoco tenía asegurado en donde daría a luz, en el cielo?, en la tierra?. Ahora igual tenía un nuevo inquilino en su casa, alguien a quien gustosamente gustaba llamar "hijo", pues el siempre le decía "madre" y eso hacía que su omega interior saltara de la emoción.

Hacia apenas dos dias el pequeño Adán se había mudado con azirafel, no les costó mucho adaptarse a estar juntos, estaban echos el uno para el otro, ademas que Adán intentaba ayudar a el ángel en lo que más podía pues este ya esperaba con ansias la llegada de el bebé.

-Adán, podrías vestirte, hoy vamos a dar un paseo- vocifero azirafel recibiendo un grito de aprobación de el muchacho

En uno de los planes de azirafel era pedir a la joven bruja alfa, anathema, si pudiese ayudar con el echo de el parto, al menos en eso estaba seguro Gabriel no se opondría pues en el reino celestial podría llegar a ser un tanto más complicado.

No mucho después de aquel llamado llegó el demonio Crowley en su típico auto negro antiguo y bien conservado.

-Ángel ya estoy aquí!!- grito el demonio entrando a la librería

Adentrándose un poco más se encontró con Adán el cual esperaba a azirafel sentado en la sala principal listo para ir con ellos, ambos bufaron y doblaron los ojos ante la presencia de el opuesto, cabía destacar que esos dos alfas no eran los mejores amigos posibles y simplemente convivían sin matarse por una razón, aquel ángel.

cuando el demonio mayor se había enterado de el plan de el anti-cristo sus ojos comenzaron a arder,estaba tan furioso que bufaba, una pelea de fermonas se había comenzado aquel día en la habitación la cual fu calmada por el ángel el cual comenzó a quejarse y casi desmayarse frente a ellos, al final, crowley descubrió que no valía un enojo ni una molestia, nada cambiaría lo que aquel joven había echo ya ni tampoco la decisión que había tomado aquel ángel.

-ya estoy listo, podemos irnos!- dijo el omega sonriente mientras esparcía fermonas por la habitación

Eso lograba tranquilizar un poco el ambiente que formaban aquellos dos, suspirando el ángel tomo la mano de ambos alfas y sonriente se dirigió a la puerta junto con ellos, tal vez eran las hormonas de el embarazo o la frustacion de siempre hacer lo "correcto" para los demás, pero en esos momentos no le importaba nada, solo era el y dos personas que guardaba en su corazón, sin gabriel, sin dios, sin personas que lo juzgaran.

el camino no fue el típico que ellos acostumbraban, no era silencioso y relajante, ahora era lleno de risas y conversaciones; algo que el demonio crowley debía de admitir era que aquel niño lograba sacarle unas cuantas risas, pero sobre todo, lograba hacer que su ángel se sintiera tan contento. sin notarlo habian llegado mas rapido de lo que creian al lugar deseado, el pequeño sin perder tiempo bajo de el auto corriendo directo a la entrada de la cada.

-adan!!, lento por amor de dios, te tropezaras!!- grito el omega aun intentando bajarse de el auto

el pequeño adan rio un poco y dejo de correr mientras veia a su madre bajar de el auto con ayuda de el demonio quien lo tomaba de la mano y la cintura en forma de protección ante su apenas creciente barriga de embarazo, sonriente dejó aquella escena y tocó el timbre de la bruja la cual no tardó mucho en abrir recibiendo a Adán con la boca abierta, estupefacta, como si hubiera visto a el mismo satan.

-Adán, qué haces aquí?- pregunto anathema sorprendida mientras miraba al pequeño

-acompañó a mis padres, creo que quieren preguntarte algo- comentó el pequeño mientras señalaba a la pareja que se acercaba muy melosamente

-Adán...tus padres?- pregunto confundida aún checando a aquellos dos

-bueno en realidad es solo mi madre pero yo sé que le gusta mucho ese demonio alfa, lo único que quiero es verlo feliz, eso me hace feliz- expresó el joven con simpleza dedicando una sonrisa boba

La joven confundida noto que el pequeño alfa decía la verdad, no comprendería nada pero lograba ver algo que no había visto en el tiempo que lo conocía, felicidad. Era diferente, parecía relajado, ya no tanto a la defensiva intentando protegerse, además de ver su sonrisa boba natural logró ver que sus ojos expresaban menos maldad que la que alguna vez vio en el. Carraspeó su garganta y acomodó su ropa para recibir a la pareja que se encontraba acercándose.

-hola...anathema, no se si me recuerdas, soy...- hablaba Azirafel en su típico tono nervioso estirando su mano ante la bruja, esta lo interrumpió y tomó su mano

-claro que te recuerdo, eres el ángel azirafel, el de la espada flameante, por favor pasen, será un gusto hablar con ustedes- expresó la joven con una sonrisa.

Ambos mayores sorprendidos pasaron a la rústica casa con dirección a la sala principal, en ese momento azirafel se sentía nervioso, simplemente tenía que conseguir su ayuda, que tan dificil sería?.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora