Cap 6

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Todos escondemos un secreto, algunas veces son secretos buenos que en realidad no nos interesan y/o no debemos saber cómo de dónde viene la carne de el carnicero?, tu mamá en realidad planeo tenerte?, en realidad el pequeño en su vientre era de Crowley?. Aunque en este caso era nuestro pequeño Adán, el pequeño y mimado anti-cristo también le guardaba un secreto a su ángel favorito, no había ido por nada aquel día, no se había quedado dormido en su regazo de casualidad, no temblaba de frío en realidad, cuanto más tiempo se podría hacer el dormido?.

Azirafel comenzaba a cabecear sobre si pero se negaba a mover algún músculo y despertar a el pequeño que dormía con la cabeza en su regazo, se lamentaría si hacía eso; en cambio Crowley fruncía el ceño mientras intentaba descubrir la forma de que aquel "mini alfa" dejara a su hermoso ángel en cinta ir a su cama en donde dormiría mejor.

-Crowley, creo que necesitamos despertar a Adán, sus padres deben estar preocupado por el- susurro el ángel con los ojos casi cerrados mirando a un punto infinito en el horizonte

-es demasiado tarde, podrías dejarlo dormir aquí y mañana lo resolveríamos en la mañana, tal vez con un milagro- susurro el demonio sacando una pequeña sonrisa de su ángel con su última frase

El omega asintió y rápidamente no tardó en caer rendido ante el profundo sueño recargando su cabeza sobre el hombro de su amado demonio, Crowley se maldijo internamente, como haría para llevar a dos personas a la habitación sin despertarlos.

A pesar de ser trabajo de un ángel el logro hacer un pequeño milagro y llevar a ambos a la habitación de azirafel en la cual los acomodo y acurruco; el demonio se sentó en la orilla de la cama con cuidado, de el lado de su amado omega celestial, incluso dormido lograba ser fantástico, podía verse completamente hermoso, suspiró frustrado, en realidad desearía quedarse en aquel lugar junto de su amado y cuidarlo, mimarlo y poder hacer todo por el, pero también sabía lo que el pensaba sobre la reacción de Dios o de Gabriel ante eso, dio un beso en la mejilla de su amado y salió de aquel lugar dejando a ambos dormidos, o al menos eso creía.

Nuestro pequeño Adán young había hecho algo...terrible?.

Cuando el joven anti-cristo descubrió su nuevo potencial, sus dones y sus orígenes, la vida que el vivía habían echo un giro complemente, se había enfrentado a su verdadero padre, el rey de el infierno, con la simple ayuda de sus amigos, una bruja alfa con un libro de predicciones, un chico omega con mala suerte para las computadoras, un demonio alfa que apenas conocía y sobre todo un ángel omega, un ángel que con solo tocar su mano en forma de apoyo le había echo sentir lo que nunca había podido sentir, protección.

La mañana no tardó en llegar y el joven Adán se removía entre las sábanas gracias a la luz de el sol que golpeaba su rostro.

-querido despierta, es de día- se escuchó la cálida y suave voz de el ángel entrar por la habitación seguida de un delicioso aroma a desayuno- te prepare el desayuno, en realidad no sabía cual era tu comida preferida porque siempre suelo alimentarte con dulces pero si no te gusta puedes decírmelo y te prepararé otra cosa- decía con su típico tono asustadizo y con una sonrisa que reflejaba nerviosismo pero solo ser sincera.

El pequeño Adán se despertó y soltando un bostezo le dedicó una Plácida sonrisa a su ángel favorito y tomó el desayuno que le había preparado, un vaso con leche tibia acompañado con un plato de un par waffles bañados en miel y con un pequeño trozo de naranja sobre cada uno.

-esto se ve delicioso, en realidad te lo agradezco- soltó el joven con su típica gran sonrisa mientras comenzaba a comer

El ángel suspiró en alivio y se colocó frente a el pequeño observándolo comer con una gran sonrisa.

-es mejor que te apresures, pronto Crowley llegara para que podamos llevarte a tu casa y poder hacer un milagro- dijo la última palabra con un guiño y una pequeña carcajada

El pequeño bajo la mirada y empezó a parar su paso de comer, tal vez era hora de revelar las cosas.

-creo que eso no se podrá...-comentó el pequeño sin atreverse a ver a los ojos de el ángel aunque sabiendo que este se encontraba en una completa duda- ellos...no tienen idea que son mis padres- susurro en un tono audible para el ángel el cual se exalto un poco

-a que te refieres con eso Adán?- pregunto el ángel intrigado haciendo que el pequeño le volviera a dirigir la mirada, muy pocas veces lo llamaba por su nombre

-Ángel...ellos no me recuerdan, desde que descubrí todo esto, desde aquel momento...ellos nunca fueron mis padres, ellos vivieron en una mentira al igual que yo!!- le grito aquello último mientras sus ojos se llenaban de lágrimas casi salientes- yo...simplemente nunca me sentí amado por completo, tú me hiciste sentir diferente, tu me haces sentir protegido, tu me haces sentir como una persona normal, eres el único que e sentido como una madre- comentó mientras su voz se cortaba y sus mejillas se inundaban de mares que no podían parar

El instinto de azirafel rápidamente salió a la luz y sin mucho abrazo y pegó a su pecho a el pequeño, era cierto, ambos los sabían, no sabían si estaba bien pero no había forma de remediarlo.

-me reemplace, ellos ahora tienen otro hijo, yo soy un extraño...yo no tengo una familia- comentó desde el pecho de azirafel mientras intentaba absorber aquellas fermonas que este le ofrecía

-no puedes decir eso, tú si tienes una familia... yo soy tu familia- le susurro azirafel en el oído mientras acariciaba aquellos rizos de el joven

Era el instinto, era el momento, era el ambiente lo que se prestaba a eso, tal vez las palabras que habían salido de su boca no habían sido procesadas por su cerebro pero si por su corazón, era tan sincero que a pesar de no saber si estaba bien el lo haría, porque el también lo amaba.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora