Prologo

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•simplemente soy un regalo...tú regalo•

Azirafel se encontraba constantemente rodeado de libros, cientos y montonares de libros, era un pasatiempo que el disfrutaba mucho, además de claro, tomar el té o comer postres deliciosos o pasar el tiempo con su mejor amigo Crowley.

Después de haber evitado el fin del mundo y salir intactos azirafel decidió ante otra cosa volver a leer sus libros favoritos desde el comienzo, pensar que casi terminaba el mundo y el simplemente había leído sus libros favoritos menos de cien veces, eso era algo indignante.

Azirafel, un ángel, un ser celestial, una criatura divina que servía a dios, pero sobre todo un omega el cual había sido creado especialmente para un alfa, más específicamente un alfa llamado Gabriel.

Al principio de los tiempos Dios creó el edén, el paraíso terrenal, ahí mismo colocó cuatro personas de su imagen y semejanza, los humanos, cuatro que servirían para prosperar con la vida, los llamó "humanos" y los dividió en categorías o dinastías, cada uno con un rango en específico que les daría un puesto en aquel lugar, Alfa, beta y omega. En aquel lugar también colocó a un ángel el cual sería encargado de enseñar y proteger a aquellas creaciones, claro que el infierno no se quedaría fuera y también mandaron a un demonio, un ángel caído, una serpiente llamada Crowley.

Crowley, un alfa, un demonio, un ángel caído, alguien que había perdido todo tras la guerra contra dios, alguien que había perdido a su destinado sin siquiera conocerlo.

Nuestra historia comenzara un tiempo antes de lo ocurrido en el edén, un tiempo antes de la existencia de la tierra, pero un tiempo después de la guerra contra Dios dirigido por su hijo más amado, por su mano derecha, por lucifer.

Después de aquella guerra y algunas cuantas bajas entre los angeles, Gabriel, un alfa, un ángel deboto el cual obedecería a dios al pie de la letra subió de categoría y dios personalmente creo para el una pareja, su propio ángel omega, era perfecto por donde lo mirara, para Gabriel, fue amor a primera vista.

Claro, en realidad nadie le había pedido opinión a azirafel sobre esto, el simplemente había comenzado a existir y ya a alguien a quien amar.

Regresando al presente, azirafel miró la hora desde su gran reloj y se le hacía tarde para la hora del té y su amigo Crowley no tardaría en llegar a compartir con el unos momentos. Tal vez un pequeño milagro no haría daño en un momento como ese, ademas, se encontraba en la parte más fascinante de el libro, no podía dejarlo así con así; chasqueo los dedos y rápidamente en su mesa apareció listo el té junto con algunas galletas y pasteles que eran de su antojo en esos momentos.

Acaso algo podía salir mal en esos momentos de hermosa y relajante paz?...

Las puertas se abrieron de golpe haciendo a azirafel saltar en su asiento, rápidamente se levantó de su lugar y se dirigió a la puerta topándose con un aroma muy familiar, un aroma a alfa, un aroma que estaba obligado a oler pero que no podía llegar a detestar.

-Gabriel?- pregunto el peli blanco sorprendido sin saber porque razón aquel ángel de muy grande sonrisa lo visitaba sin previo aviso

-hola cariño- comento Gabriel acercándose a azirafel y robándole un beso en los labios tomando paso a la sala de estar en la cual noto dos vasos de té- esperabas a alguien?- pregunto curioso a lo cual azirafel se tensó y rápidamente se acercó

-oh claro que no, simplemente hoy...tenía ganas de dos tazas de té- respondió azirafel nervioso dedicando una extraña sonrisa

Gabriel lo analizó por unos momentos y se encogió de hombros para luego tomar asiento y hacer que azirafel hiciera lo mismo.

-a que se debe tu visita ca..riño- mencionó nervioso la última frase, no se acostumbraba aún a decirle de esa manera

-oh claro- menciono este tomando un sorbo a el té sobre la mesa- Dios iluminó mis pensamientos, me dio una idea sin decírmelo directamente, azirafel, quiero que me des un bebé- comentó este alfa emocionado mientras dejaba la taza sobre la mesa

-un bebé?- pregunto azirafel nervioso luego de escupir su té por la alfombra, su hermosa alfombra

-exacto, necesitamos un hijo azirafel, es decreto de Dios, yo lo vi- exclamo Gabriel liberando fermonas por la habitación- así que espero estes preparado, mi próxima visita será pronto- comentó y luego desapareció

En serio un bebé?, en realidad esos eran los planes de Dios para el?, en realidad simplemente para eso servía, no?, dar a luz a los bebés de su alfa; el mundo de azirafel se derrumbó, todo comenzó a recaer sobre sus hombros, en realidad el quería esto?, se tiró de rodillas al suelo y lloró, había alguna otra opción para desquitarse?, no podía hacer nada, era simplemente hacer lo que le dijeran, para eso lo había creado dios, para eso vivía, o al menos para eso creía.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora