❝who are you?❞ | minsung.

• o c h o •

minho se la pasó pensando en qué haría con jisung, si iría a verlo o sólo le escribiría. claramente la opción que más le llamaba la atención era la de ir a verlo pero supuso que no sería la mejor idea para jisung.

de todas formas lo tenía bloqueado así que no podía hacer mucho, decidió finalmente ir a su casa. tenía que admitir que lo pensó porque tal vez era una decisión algo apresurada.

pero no aguantaba más, le preocupaba su amigo, no sabía nada de él hace días y eso no le agradaba. encima nadie de sus amigos quería decirle sobre él porque tampoco sabían, incluso felix.

cuando el timbre sonó las manos de minho comenzaron a sudar, era el momento. no le había contado a nadie de lo que haría, no tenían porqué saberlo.

—¡hey, minho!— lo llamó alguien a quien no le pudo reconocer la voz, se giró para ver de quién se trataba—¿estás bien?— preguntó.

minho lo ignoró completamente, era seungmin, uno de los chicos que le debía millones de favores. cuando lo necesitaba nunca aparecía, justo hoy él era el menos indicado para aparecer.

—¡minho!— continuaba llamándolo, pensaba que el chico no podía ser más molesto e irritante— ¡sé por qué tu chico no vino hoy!— al oír eso minho detuvo su paso.

—¿de qué hablas?— se acercó a él tratando de sonar confundido, seungmin sólo rió.

—de jisung— respondió obvio— él y yo somos amigos, te diré dónde está— el mayor no podía creerlo, ¿en qué momento?

—¿lo dices enserio?— seungmin asintió con una sonrisa tierna— ¿podrías decirme cómo sabes que lo estoy buscando?

—todos aquí lo saben— rió, hizo una seña para que minho lo siga hacia una dirección— bueno, casi todos.

—¿cómo lo saben? ¿a dónde vamos?— interrogaba. pero seungmin no iba a responder ninguna de sus preguntas hasta ahora.

—cállate un poco ¿quieres?— pidió amablemente, el mayor bufó.

—¿por qué me traes aquí?— preguntó al darse cuenta de que lo había traído hasta el patio trasero.

—jisung está ahí— señaló al cuarto de limpieza, minho había comenzado a asustarse. jamás le había contado que se metía al cuarto de limpieza con quien sabe quién, porque sí, se oían murmullos de diferentes voces ahí dentro.

—espera, ¿quién más está ahí?

—uh.. no lo sé, sé que jisung está ahí, viene todos los días— afirmó.

—¿de qué jisung estás hablando?

—¡park jisung, tonto! ¿de quién más podría estar hablando? ¿acaso hay más jisungs aquí?— sin esperar respuesta iba a abrir la puerta del cuarto, pero minho ya no estaba junto a él.

—¡eres un idiota, seungmin!— gritó antes de desaparecer de la vista del mencionado.

—¡¿a dónde vas?!— le gritó con algo de confusión— ¿no era que querías ver a jisung...? ¡m-minho!...

minho;

no podía creer cómo caí en esa trampa de seungmin, o quizás no era una trampa pero gasté tiempo en el que pude haber aprovechado para ir a casa de jisung y tal vez verlo.

¿cómo pude creerle? si sólo me ha causado problemas ¿por qué no lo sería distinto ahora?, es que ¿tan desesperado estoy por saber de jisung?

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estaba a punto de salir finalmente de la universidad pero alguien se paró frente a mí bloqueando mi paso, era somi.

—oye, me preguntaba si quisieras ir a tomar algo esta noche... no sé, si quieres claro— preguntó algo nerviosa, jugaba con sus dedos sin parar mientras relataba su pregunta.

—lo siento pero no puedo, adiós—me corrí hacia un lado saliendo finalmente por la puerta. ni siquiera me volteé a verla de nuevo, sólo me limité a seguir caminando.

admito que me extrañó lo que acaba de pasar con somi, normalmente cuando me habla mi corazón comienza a ir a mil por hora, apenas puedo hablar cuando estoy con ella y cuando me preguntó eso le hubiese dicho que sí, pero no lo hice.

parece que ese sentimiento dejó de existir hace días; ya no me interesaba lo que diga o haga, no me interesaba si me miraba o saludaba, no me interesaba la persona por la cual estuve enamorado por años y no me podía quitar de la cabeza.

¿qué me pasa?... acaso ¿todo esto es por jisung?... no, no podía ser, ni siquiera lo conoces. olvídate de esto, no.

tomó el bus aún con esos pensamientos rondando por su cabeza que no lo dejaban pensar con claridad. no podía recordar dónde era la casa de jisung, lo que le faltaba por no prestar atención en el camino.

al final, recordó lo más que pudo el camimo que habían tomado esa vez con chan y lo logró. el bus paró a unas cuadras de su destino.

al pararse frente a la puerta comenzó a temblar de nuevo, respiró profundo y tocó la puerta varias veces y esperó.
después de un rato abrió nuevamente la puerta ryujin, hermana de jisung.

—¡minho!— saludó ella con una hermosa sonrisa, él le hizo una leve reverencia como saludo, sonriéndole de igual forma— ¿ocurre algo?

—¿está jisung? quisiera hablar con él...— respondió tratando de sonar lo más casual posible.

—oh.. jisung salió hace un rato— al oír eso minho maldició internamente a seungmin, si no lo hubiera retrasado con sus estupideces pudo haber llegado cuando jisung estaba aquí todavía.

—está bien, gracias— agradeció para después darse la vuelta e irse, pero un agarre en su muñeca lo detuvo.

—si quieres puedes quedarte a esperarlo...— dijo de forma extraña para minho, intentó acercarse al mayor, pero este se safó del agarre con rapidéz.

—¿q-qué te sucede?— preguntó notablemente molesto, ryujin sintió que había perdido la oportunidad con el chico que venía a por su hermano.

abandonó el lugar mientras le dedicaba miradas de desagrado a ella, que había entrado a la casa con un portazo. minho se sentía tan incómodo en estos momentos.

—ryu, te dije que si va a casa que le digas que me mudé de país, o n-...— decía jisung que pasaba por ahí de camino a su casa mientras le hablaba al micrófono del celular, estaba grabando un audio. pero chocó con minho por no prestar atención al camino, otra vez. el menor sintió que no podía tener más mala suerte, había ido de nuevo a su casa y seguía con una expresión molesta. ¿qué le habrá ocurrido?

—¿otra vez tú? no te cansas de chocarme, ¿verdad?— preguntó molesto frente al chico, lo conoció cuando levantó su mirada y se encontró con la de él, notó que era el mismo que lo chocó la otra vez.

—y tú no te cansas de venir a mi casa con la esperanza de que te reciba con los brazos abiertos ¿verdad, minho?— suspiró— por lo menos ahora viniste solo y no con chan como el otro día. 

minho quedó en blanco.

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