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Era extraño como una mínima parte de él sentía algo torcido ahora que ya no estaba esa neblina malévola corrompiendole la conciencia.

O al menos, se sentiría así si no estuviera embargandole un alivio tan pero tan grande, que ni sus sollozos silenciosos y casi secos (ya había quedado sin voz de tanto exclamar, y había llorado tanto entre todo su sufrimiento que derramar más lágrimas le costaba incluso cuando sus ojos desearían poder hacerlo) podían expresarlo por completo, y menos al ser estos reprimidos contra el pecho del otro dios.

—Quédate aquí.

Bills tenía la voz también resquebrajada, sonando afónico en su susurro (cansado), pero Shin se apretujo más contra él, entre aquellos brazos que no le dejaron ni le dejarían marchar (ni quería que le dejaran ir) y afincó sus dedos en su espalda (y ya no había ninguna otra intención allí más que la de asentarse, ni ningun otro sentir más que el que le reconfortaba la otra presencia junto a él, y su corazón latía) mientras asentía su entre su pecho, aún sin dejar de sollozar.


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Y hasta aquí llegó la historia.

Todo esto fue inspirado por dos videojuegos de la franquicia, uno en el que a Shin le lavan la mente y hacen que desprecie a los humanos (creo que era un Dragon Ball Heroes que nunca fue localizado) y el otro en el que Shin es secuestrado y Bills se ve obligado a hacer cualquier cosa que el secuestrador le pida (Dragon Ball Legends; y en ese entonces cuando había empezado a escribir todo esto, no se sabía quién lo secuestró, pero ahora sí, o así parece).

A todos aquellos que acompañaron este fic mientras se publicaba, y a todos los que lo han leído hasta aquí, muchísimas gracias. ;)

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