SI TANTO TE QUIERES, DEMUÉSTRATELO

434 16 0
                                    

Si te quieres de verdad, encontrarás la forma de demostrártelo.

Si no, encontrarás excusas.

Todo amante necesita pruebas.

Si vas en serio con esto de quererte, ya puedes ir preparando las tuyas. Cuando estés acompañado. Cuando estés solo. Constantemente.

MIA:  Créeme. Nunca estás solo.
Pollo:  ¡¡Guaaauuuuuu!! Esto sí que es darle alegría al asunto.
Oliva:  ¿Y esta mujer?
Pollo:  Eso digo yo… ¿Qué hace un  pibonazo como tú  en un libro como éste?
Mario Luna:  Adelantarse.  Aún  no  ha  llegado  tu  momento, princesa.
Tu  Mejor Tú:  MIA,  bonita,  ¿te  importa  esperar  a  que  te presentemos formalmente?
MIA:  Está bien. Aunque sabéis de sobra que no puedo irme.
Oliva:  ¿Cómo?
MIA:  Tranquila. Haré como que no estoy.
Oliva:  Qué rarito habla, ¿no?

Volviendo al tema.

¿Te suena esta frase?

Si tanto me quieres, demuéstramelo.

Es hora de aplicarla contigo mismo. Las palabras se las lleva el viento  y  de  nada  sirve  que  te  repitas  que  te  quieres  cuando  tus acciones demuestran todo lo contrario.

Prueba a hacerlo con tu pareja. Dile que la quieres y luego trátala a patadas.

¿Qué tal? Entonces, ¿por qué lo haces contigo?

¿Por qué lees este libro mientras te metes las 2.489 toxinas de ese cigarrillo en el cuerpo?

Excusator:  ¿Seguro que son 2.489 toxinas? No me suena esa cifra. ¿Podéis demostrarlo?
Tu  Mejor  Tú:  Es una forma de hablar. Calla y no cortes el ritmo, avinagrado.

¿Por qué te miras al espejo con cara de “Voy a comerme el mundo” cuando lo único que te has zampado es una pizza con peperoni tamaño familiar?

¿Por qué te repites que eres sexy y deseable cuando, en la práctica, te arrastras en el instante en que alguien que te gusta te hace un poco de caso?

¿Entiendes?

Recordarte que te quieres es importante. Pero demostrártelo lo es mucho más.

¿Recuerdas la palabra del millón?  Congruencia.

Pues ya tienes otra razón más para vivir tu credo.  

Asúmelo.

Ninguna técnica  new age  ni invocación a Dios, al Universo, a Santa Claus  o  al  anillo  mágico  de  Frodo  va  a  funcionar  si  no  la  respaldas con hechos.  Tus pensamientos, actitudes y actos han de ser  congruentes  con aquello en lo que te quieres convertir o atraer.

Es la única forma de conquistar a MIA, créenos.

Pollo:  ¿El pibón de hace un momento?
Oliva:  ¿Y por qué tanto misterio?
Pollo:  Sí… ¿Me la vais a presentar o qué?
Tu  Mejor Tú:  Todo a su debido tiempo. De momento quédate con lo que te dijimos.
Pollo:  ¿Que me la tengo que ligar?
Mario Luna:  Sí. Que es el amor de tu vida y que lo que estás aprendiendo te va a ayudar a conquistarla.

Por ahora, es todo lo que te podemos decir.

Oliva:  ¿Y si te ponen más los chicos guapos con personalidad?

No te  preocupes.  La cosa va  contigo también.  Si quieres ser todo lo que puedes ser, antes o después tendrás que conquistar a MIA.

Oliva:  No sé si os sigo…

Cuando te la presentemos formalmente lo comprenderás.

Entre tanto, recuerda:

Nada de lo que te digas, ni ninguna técnica que uses, va a ser efectivo si tus acciones no están en consonancia con ello.

De hecho, perseguir el cambio sin cambiar realmente tus acciones no sólo es inútil: te agotará.

A  causa  de un  fenómeno psicológico conocido  como  disonancia cognitiva,  gastarás energía adicional sólo para sobreponerte a esa contradicción interna.

Por eso, de todas  las afirmaciones que puedes realizar frente  al espejo, la más poderosa es:

Me quiero y voy a demostrármelo.

A continuación, mueves ese prodigioso trasero y haces algo por ti.

Te vas al gimnasio. Te licuas esas verduras. Retomas el temario de aquel examen decisivo. Te lanzas sobre el proyecto que cambiará tu vida.

Tú sabrás.

No querrás quedar en evidencia ante la persona más importante de tu vida, ¿verdad?

Y, por favor, adapta tu amor a tus circunstancias.

Las relaciones evolucionan.

El amor no gusta de la monotonía ni requiere todos los días lo mismo. Por eso…

Quererte hoy puede significar una cosa y mañana otra.

Pollo:  No lo entiendo…

Un día puede ser tratarte con suavidad y otro meterte caña. Ayer pudo suponer el equilibrio entre diversas áreas de tu vida y hoy centrarte al 100 % en una meta concreta.

Lo  que  en  este  período  es  potenciador,  dentro  de  un  tiempo puede resultarte limitante, y viceversa.

Pero siempre habrá algo en común:

Cuando te quieres, haces lo que es mejor para ti.

Lo mejor en cada situación, adaptándote a las circunstancias.

Y no te lo dices. Mueves el culo.  Te lo demuestras.

No mañana. Hoy.

Psicología Del Éxito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora