Psicología Del Éxito.

ENCONTRAR EL AMOR VERDADERO

No me digas que crees en el amor   cuando ni siquiera sabes lo que es el amor propio.

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Excusator:  Os  he pillado. Habláis tanto de amor propio porque no tenéis la capacidad de amar.
Tu  Mejor Tú:  ¿Crees que puedes llenar la copa de  otros cuando mantienes la tuya vacía?
Excusator:  No necesito copas.  Yo me entrego en cuerpo y alma al objeto de mi amor.
Mario Luna:  Antes de decir que te entregas, ¿no deberías asegurarte de que tienes algo que entregar?
Oliva:  ¿Cómo?

Presta atención.

Vamos  a  mostrarte  el  arte  de  amarte  como  nadie  lo  ha hecho jamás. Pero antes, queremos que te quede clarísimo esto:

Si no sabes amarte, no sabes amar. Punto.

Y tampoco eres digno de ser amado.

Si  necesitas que  otros  te quieran  es  porque  tú no  te quieres. Y si tú no te quieres, ¿por qué iba a hacerlo otra persona?

¿Invitarías a alguien a comer basura?

Esperar amor de otra persona cuando no te amas a ti mismo es como invitarla a tu mesa. Pero, en lugar de ofrecerle lo mejor de tu cocina, servirle los desperdicios que tú mismo no te comerías.

¿Por qué iba nadie a desear cargar con ese muerto?

Te das asco a ti mismo, tu vida te genera náuseas y buscas el amor para  refugiarte  de ella,  así que…  ¿de  qué te sorprendes  si los demás  no  se  mueren  de  ganas  de  abalanzarse  sobre  algo  que  a  ti mismo te repugna?

¿Qué esperabas?

¿Que  te  dijeran:  “Ven,  por  favor,  estoy  deseando  tapar  todos  tus vacíos y ser tu otra mitad para ver si con mi perfume ahogamos un poco ese olor a mier**?

De nuevo —por absurdo que parezca—, es lo que nos han vendido. La música, la literatura y, muy especialmente, Hollywood, te han adiestrado para que te creas que puedes canjear tu mediocridad por gloria.

Y, lo creas o no, hemos picado en el anzuelo.

Pollo:  Pero es que yo necesito una novia para ser feliz…
Mario Luna:  De eso te han intentado convencer. Pero:

Tú crees que necesitas una chica.

Y yo te digo que necesitas una vida.

Aplícalo a esa amada o amado sin el cual tu existencia deja de tener sentido. Porque:

A veces es verdad que tu vida sin alguien no tiene sentido.   Pero tampoco lo va a tener con alguien a menos que tú se lo des.

¿Estamos? El sentido se lo pones o se lo quitas tú. Siempre.

Una persona sólo puede  acompañarte  en tu viaje. Puede hacerlo incluso más ameno, entrañable o darle esa chispa adicional.

Pero, antes de que se suba a tu tren, el itinerario de éste ha de ser ya apasionante.

¿El  problema?  Que desde la guardería nos están bombardeando con mensajes diseñados para apartarnos de  la verdad:

Todo amor empieza por el amor propio.

Si te fijas, en los aviones lo pone bien clarito:

En caso de pérdida de presión, asegúrese de tener colocada su propia máscara de oxígeno antes de asistir   a otros pasajeros.

Y la razón es simple. Sin oxígeno, sólo eres un estorbo.

Antes de asistir a nadie, asegúrate de que tienes oxígeno que respirar.  Y antes de amar, asegúrate de que has cultivado tu amor propio. 

Lo recalcaremos una vez más, porque éstas son de hecho dos leyes esenciales del amor:

1.  No puedes amar a nadie más de lo que te amas.
2.  No eres digno de ser amado a menos que tú te ames antes.

¿Anhelas ese amor para toda la vida?

Busca un espejo.