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𝘈𝘳𝘦 𝘮𝘰𝘯𝘴𝘵𝘦𝘳𝘴 𝘣𝘰𝘳𝘯 𝘰𝘳 𝘤𝘳𝘦𝘢𝘵𝘦𝘥?
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narra evelyn
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este capítulo contiene leves descripciones gráficas de violencia, se ruega discrección.

Hielo. Era todo lo que se extendía a mi alrededor. Hielo y millones de personas.
Todas ellas yacían en el suelo, muertas.

Un escalofrío me recorrió toda la espalda. Caminaba lentamente entre los cuerpos.

Unos tenían un mazacote de hielo cubriéndoles la boca y la nariz, ahogándolos. En otros, un pequeño carámbano clavado en su pecho les había causado la muerte. Los peores estaban ensartados en una gran estalagmita que emergía del suelo, como las nubes de azúcar para la fogata; solo que en una versión mucho más macabra.

Me di cuenta de que andaba descalza. No por la superficie helada por la que caminaba, si no porque había medio trastabillado con un líquido. Caliente y espeso.

Sangre.

Provenía de un hombre que, a mi derecha, le habían clavado millones de trocitos de escarcha, enanos pero letales. Su boca, abierta en una mueca forzada, desprendía un pequeño hilillo de sangre que se unía con toda la que salía de su cuerpo, formando una gran charca a su alrededor.

Sentí nuevamente otra sensación caliente en mis dedos.

Mierda.

Mis manos tenían un tono medio morado, en cualquiera sería señal de hipotermia inminente; pero en mi caso significaba que había usado mis "poderes" recientemente. Había sangre en mis dedos. Sangre reciente que goteaba, que se escurría por las mangas de mi camisa y me ensuciaba el pantalón.

«Asesina...»

Yo había hecho aquello. Yo los había matado.
A todos, uno por uno.

«...gente como tú no merece vivir»

Una voz retumbaba por toda la explanada y me martilleaba en la cabeza.

«Nunca podrás querer a nadie...»

Para.

«Porque terminarás destrozándole, como has hecho con todos ellos»

No...

«Y como con tu padre»

Allí estaba, tumbado en el suelo. Me acerqué corriendo para arrodillarme y tomarle de la mano. Estaba fría y de un tono azul pálido enfermizo, como todo su cuerpo. Sus ojos, abiertos de par en par, tenían una expresión neutra, congelada.
Por mi culpa.

«Sabes que podrías haberte controlado, lo sabes»

No... cállate

El cuerpo de mi padre desapareció, con los otros millones de cadáveres. Me quedé sola, derrumbada en mitad de la gran explanada helada, temblando y con lágrimas rodando por mis mejillas. Allí era donde debía estar. En un sitio donde no pueda herir a nadie.

𝑯𝒂𝒍𝒇𝒃𝒍𝒐𝒐𝒅 𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔 -.ᴇᴠᴇʟʏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora