𝑳𝒂𝒃𝒊𝒐𝒔 𝑹𝒐𝒋𝒐𝒔 💋 ||En Edición||

#24 Mis reglas

(Al siguiente día)

Narra Jade

Termino de arreglarme (imagen en galería) bajo corriendo hasta la sala buscando a papá una de las sirvientas indica que está en el jardín tomando el desayuno.

Jade: buen día papi (beso su mejilla)
Martín: cariño mío.
Jade: ¿Que piensas hacer?
Martín: ¿Sobre? (Me mira)
Jade: lo de anoche.
Martín: hablaré con él después del desayuno.
Jade: ¿Podremos ir al vivero?
Martín: claro nena.
Jade: me encanta esa idea (beso su mejilla)
Martín: iremos apenas terminemos de desayunar.
Jade: claro papá.
Martín: y quiero decirte algo pequeña (toma mi mano) si el sigue con esa mujer.
Jade: será mejor seguir mis reglas (termino su oración) lo sé papá, lo mejor será matar estos sentimientos.
Martín: será muy difícil cariño, y te apoyaré en todo.
Jade: gracias papá.

Terminamos de desayunar tomamos nuestras cosas papá se había vestido un poco más casual sin dejar de ser elegante. Nos montamos a la camioneta emprendiendo camino al vivero.

Llegamos a uno de los viveros más extensos de la isla, baje emocionada dispuesta a llevarme todo el vivero si eso era posible, camine por los pasillos mirando las plantas.

Narra Martín

Observo a mi rubia caminar entre los pasillos del vivero observando detenidamente las plantas, los guardias escoltan el lugar y Raymond desde lejos la observan sin despegar la vista de su celular, un escalofrío recorre mi cuerpo.

Ahora no Lucifer.

Siento una presencia a mis espaldas, volteo lentamente encontrándome con Lucifer.

Martín: ¡Hey Lucí! (Habló casual)
Lucifer: hola Martín (sonríe forzado) ¿Por qué no has matado al humano que le hace daño a mi pequeña? (Habla entre dientes)
Martín: sabes que no puedo hacerlo, dañare más a Jade.
Lucifer: deja la piedad (rodea las ojos) solo mira (señala a Jade) ¿Cómo ese ser tan perfecto es dañada por ese humano? (Señala a Raymond)
Martín: Jade solo quiere una explicación.
Lucifer: y yo quiero matarlo.
Martín: sabes que la dañas si haces eso, está enamorada de Raymond.
Lucifer: hablaré con el mortal (llama a Raymond)
Raymond: ¿Gusta algo señor Diamonds)
Martín: hablar contigo (habló serio)
Raymond: ¿En qué puedo ayudarlo? ¿He cometido un error?
Lucifer: has cometido un gran error (gruñe)
Martín: ¿Por qué lo hiciste?
Raymond: ¿Que cosa señor? (Pregunta confundido)
Lucifer: no te hagas el idiota que la cara ya tienes.
Raymond: no entiendo señor.
Lucifer: cómo siempre (rodea los ojos)
Martín: cuando pedí que fueras el guardaespaldas de mi pequeña mis únicas reglas fuera que jamás la dañarias, ella no tenía por qué sufrir.
Raymond: nadie la ha dañado señor (sigue sin entender)
Lucifer: eres demasiado estúpido humano.
Jade: papá (llama en voz alta)
Martín: ¿Que sucede cariño? (La miró)
Jade: ¿Tengo límites? (Pregunta viéndome)
Martín: claro que no mi amor, lleva toda las plantas que quieras.
Jade: gracias papi (se voltea emocionada)
Lucifer: has dañado los sentimientos de ese ser tan hermoso (reprocha molesto)
Raymond: ¿Qué sentimientos? (Nos mira)
Martín: solo deja de estar testeando en horas de trabajo, si algo le llega a suceder a mi hija serás despedido (habló seriamente) ve en busca de ella ahora.
Raymond: si señor. (Se retira)
Lucifer: ¿Por qué no le reclamaste? (Me mira confundido)
Martín: Jade es lo suficiente inteligente, debe estar planeando algo.
Lucifer: entiendo (deja una gran sonrisa en su rostro)
Martín: ella sabrá cuando atacar y cuando lo haga, le solera tanto.
Lucifer: esa es mi hija (sonríe observando a la rubia)
Martín: esas son sus reglas, tú más que nadie lo sabe.
Lucifer: me siento orgulloso de mí gran creación y más cuando rompí mis reglas.

Después de horas de escoger muchos tipos de plantas regresamos a casa, Lucifer había decidió quedarse en casa como invitado, Jade apenas lo conoció quedó contenta y muy cómoda ante su presencia.