Solo una cosa te diré, con la hija del diablo jamás desee que sea tu enemiga, su padre es el rey del infierno y castigarte será un placer.
Un mafioso después de muchos intentos con su esposa no logran concebir un hijo, Martín Diamonds hace un trato...
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Narra Jade
Despierto por los susurros que escucho, intento saber que murmuran al abrir mis ojos observo a Raymond y mi abuelo discutir algo, me levanto sigilosamente hasta quedar frente a ellos.
Jade: ¿Que sucede? Manuel: nada pequeña, es solo que ya llegó el arquitecto. Jade: ¿Por eso discutían? Manuel: no queríamos despertarte. Jade: iré en un momento.
Me alejo de ellos para darme una ducha corta, termino de arreglarme (imagen en galería) salgo de la habitación junto a Ray cambiado por un traje sin corbata.
Jade: te ves guapo. Raymond: tú más (besa mis labios) Jade: vamos (le sonrió)
Bajamos hasta la sala principal donde un hombre joven y guapo esperaba, sentí a Ray tomarme de la cintura posesiva mente.
Lucifer: princesa te presento a Adrick Sáenz. Jade: un gusto, Jade Diamonds (estrecho su mano) y mi pareja Raymond Ayala. Adrick: un gusto señores, estaré a cargo de su proyecto. Raymond: queremos las mejores habitaciones para nuestros hijos. Jade: queremos lo mejor. Adrick: por supuesto, ¿Me enseñan las habitaciones? Jade: claro (le sonrió)
Subimos las escaleras mostrando las habitaciones de mis pequeños aún vacías y sin color.
Jade: me encanta que tenga mucho espacio para tener un gran clóset. Adrick: eso veo, ¿Ya compro los muebles? Jade: serán en colores dorados o azul marino. Adrick: me parece perfecto, ¿Para la nena? Jade: lila y dorado. Adrick: excelente, ¿Le agrada si le traigo los planes mañana y me dice que tal? Jade: por supuesto.
El arquitecto se va de la casa sin embargo noto algo raro en todos, suspiro cansada observando a mi abuelo.
Jade: habla (ordenó sería) Manuel: no sucede nada pequeña. Jade: sabes que odio las mentiras. Manuel: lo sé nena, no pasa nada. Jade: sabes que si y exijo saberlo. Raymond: no queremos que te alteres pequeña o le puede pasar algo a los bebés. Jade: hablen. Manuel: tú papá está en el hospital. Jade: ¿Es una broma? (Los miro) ¿Qué sucedió? Raymond: tuvo un atentado y le dio un ataque al corazón. Jade: necesito ir a verlo (intento salir de la habitación) Manuel: hija, sabes que esto puede hacerte mal. Jade: ¿No lo entendiste? MI PADRE ESTÁ EN LA CLÍNICA (grito llorando) Raymond: amor, por favor tranquila Jade: necesito verlo. Manuel: iremos, pero quiero verte tranquila. Jade: estaré tranquila cuando lo vea.
(...)
Llegamos a la clínica donde mi padre estaba, bajamos en silencio hasta llegar al mesón nos dieron el número de habitación donde estaba mi padre.
Raymond: todo estará bien. Jade: eso espero (susurro bajo) Manuel: es fuerte cariño, y tú más que nadie lo sabe. Jade: si abuelo.
Llegamos hasta el pasillo buscando el número de habitación un doctor salía de allí mi abuelo lo tomo del brazo impidiendo que se fuera.
Lucifer: ¿Cómo está? Doctor: el señor está dormido, el ataque fue muy fuerte. Manuel: ¿Cuando lo podremos ver? Doctor: en un rato, ya está estable solo dejaremos que descanse. Lucifer: entiendo. Doctor: si me permite, debo retirarme. Jade: adelante. Manuel: ya ves cariño, todo está bien. Raymond: Martín es fuerte. Jade: eso veo.
[Rato más tarde]
Veo el reloj y ha pasado mucho tiempo, una enfermera indica que podemos entrar a la habitación y poder ver a mi padre.
Manuel: pasa pequeña, debes hacerlo. Jade: pero abuelo. Lucifer: ve pequeña. Raymond: aquí esperamos amor Jade: está bien.
Entro a la habitación con miedo y temor, cierro la puerta lentamente observo a mi padre acostado en la camilla con los ojos cerrados, mis ojos se llenan de lágrimas al tener miedo de perderlo acarició su mano con miedo a que despierte me recuesto en su pecho llorando.
Jade: por favor no me dejes, perdón por fallarte, perdón por alejarme de ti, perdón por no ser como querías (sollozo) no quiero perderte.
Me aferró más a mi padre dejando que las lágrimas caigan a mares.
Jade: aún debes conocer a tus nietos, me has hecho tanta falta estos meses.
Siento una mano acariciar mi cabello me levanto asustada, mi cuerpo se relaja cuando lo veo con una sonrisa en sus labios y su mirada llena de ternura.
Martín: perdón a ti mi pequeña, por haberte fallado, golpeado, humillado y descuidado. Jade: papá (lo abrazo) Martín: prometo no dejarte (acaricia mi mejilla) nunca lo haré Jade: tuve miedo. Martín: nunca lo volverás a sentir (susurra) nunca más (besa mi cabeza) Jade: debes sentir ha alguien (me levanto) Martín: WOW, ¿Te comiste una sandía? (Me mira con asombro) Jade: serás abuelo de mellizos (le sonrió) Martín: ¿Abuelo, de mellizos? Jade: ajá (acarició su mejilla) Martín: es una gran noticia mi amor. Jade: ¿No estás molesto, decepcionado? Martín: nunca podría estarlo de mi pequeña. Jade: papá (bajo la mirada) Martín: me enteré pequeña, tú más que nadie sabes cuando una persona es mala y cristal lo era, se que lo hiciste para protegerme y por eso te agradezco. Jade: siempre búscate lo mejor para ti. Martín: eso lo tengo muy en claro. Jade: te amo papá Martín: te amo pequeña. (Acaricia mi barriga)
