31.

20 1 0
                                    

Abro los ojos, estoy en una gran habitación blanca, en mitad de la sala hay una mesa y una silla que están iluminadas por un foco de luz que se encontraba en el techo. Algo indecisa camino hacia la mesa, sobre ella se encuentra un teléfono móvil, el cual empieza a sonar. En la pantalla sale un numero de teléfono desconocido. Cojo la llamada.

–¿S-si?

Despierto repentinamente, miro a mi alrededor, veo la gasolinera con los estantes llenos de productos y las luces encendidas, me pongo de pie y camino por el establecimiento, entonces escucho una dulce melodía que proviene de una pequeña caja de musica que esta sobre el mostrador, es una caja de madera, esta pintada de azul cielo y tiene algunas decoraciones en blanco y dorado, en la tapa hay un pequeño espejo y el resto son los mecanismos para que la musica suene, la cojo entre mis manos y mi rostro se refleja en el espejo, entonces un estridente sonido golpea mis oídos y las luces se empiezan a intensificar progresivamente hasta cegarme. Cuando abro los ojos de nuevo me encuentro tirada en el suelo y a un lado la caja de musica, me levanto y recojo la caja del suelo, la miro detenidamente, el pequeño espejo ahora esta roto, intento darle cuerda pero no funciona, parece ser que al caer se rompió, cierro la caja y le dejo en un hueco del estante. Me giro y miro hacia el mostrador, en el se encuentra un hombre de espaldas.

–¿H-hola?–me atrevo a pronunciar algo nerviosa.

El hombre se empieza a girar lentamente, poco a poco empiezo a ver su rostro, y cuando lo veo por completo mis ojos se abren, mi pupila se encoje, en mi garganta se crea un enorme nudo y quedo paralizada.

–¿P-papá?

No me mira directamente, miro sus manos y veo en ellas una pistola que levanta lentamente apuntando hacia mi cabeza.

–N-no, por favor.–suplico llorando.

Papá aprieta el gatillo.

Despierto dando un pequeño grito, intento tranquilizante, respiro lentamente y cierro los ojos, cuando estoy mas calmada me levanto del suelo, miro a través del escaparate, casi esta atardeciendo asi que recojo mis cosas y sigo mi camino.
Tras un rato caminando logro ver el lugar, un escalofrío recorre mi espalda. Cuando llego a la entrada veo que la puerta esta abierta de par en par, entro en el lugar, huele a cerrado y el ambiente es muy pesado, paseo por el lugar, recordó sus pasillos, todas las puertas del lugar se encuentran abiertas, excepto una, intento abrirla pero no se abre, tras forcejear una y otra vez con esta me arrodillo en el suelo, observo como las blancas luces del lugar parpadean sin cesar, y escucho atentamente el ligero soplido del viento entrando por las ventanas del pasillo, en mitad del silencio escucho como la puerta a mi lado se abre de golpe, me levanto inmediatamente, miro detenidamente el interior de la habitación,no se puede ver nada debido a la oscuridad que gobierna la sala, pero cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad logro ver una silueta en mitad de la habitación, no podría averiguar que es pero podría ser una persona. Entonces entro a la sala.

–¿Hola?

Tras esto escucho la puerta cerrarse a mi espalda y de repente la luz se enciende. Frente a mi hay una silla, y en ella se encuentra el cadáver en descomposición de Noa atado. Toda la piel de mi cuerpo se eriza, se me hiela la sangre, y un pequeño atisbo de voz hace amago de salir de mi garganta. Me giro lentamente y veo tras de mi a papá y a Gabriel.

–Nunca habría pensado que serias tan estúpida de venir aquí tu sola, me equivocaba.
–Sabemos lo que quieres, aun que nos mates a nosotros, hay mas, y habrás mas, pero a ellos no podrás pararlos.

Aterrorizada saco mi pistola corriendo y disparo a papá y a Gabriel, un disparo le da a Gabriel en la cabeza haciendo que muera el instante, en cambio a papá le di en una de sus piernas y en el estomago.

–Eres más hábil de lo que creia–dice papá mientras cae poco a poco al suelo, el empieza a reír, no dejo de apuntarle con mi pistola, pero el saca la suya y dispara antes de que pueda reaccionar. El logro disparar en mi pierna y en mi estomago, el disparo del estomago es el mas grabe, caigo al suelo, papa dispara nuevamente en mi pierna, y gasta su ultimo aliento en una macabra risa, intento entonces arrastrarme por el cuarto para salir de ese lugar. La sangre no para de salir de mi costado, intento ponerme en pie, pero mi pierna me lo impide, sigo arrastrándome por ese lugar, empiezo a ver borroso, mi visión se oscurece y por ultimo dejo de sentir y me desvanezco.

FIN.

Vodka Y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora