—¡Andresote! —me encuentra Maria en el salón—. Es muy temprano. ¿Por qué no estás con tu amiguita?
Aparto la mirada de la pantalla de la televisión y la dirijo hacia ella. Lleva un paquete de galletas en una mano y un vaso de leche en la otra.
—No creo que vuelva a estar con ella.
—¿Y eso? —Se sienta a mi lado y, con el vaso de leche entre las piernas, comienza a desayunar—. ¿Quieres una galleta?
—No, gracias.
—Pues dime. ¿Qué ha pasado?
—Pasa que ella prefiere estar con Marcos.
—¿Marcos? —pregunta con la boca llena.
—Marcos.
—¿El que te deja las sábanas con charcos?
—Espero que no. —No estoy para bromas—. Maria... La he cagado.
—¿A qué te refieres?
—A que no debería haberme enrollado con Claudia.
—Ah, tranquilo. ¡Eso está solucionado! Ayer hablé con ella y...
—Ya, sí. Me ha perdonado. Pero Rebeca no.
—¿Cómo? —Deja de masticar y traga de golpe—. Andrés, ¿eres tonto? ¿Tú para qué le dices que Claudia te tocó la flauta?
—Lo vio en mi móvil.
—¿Te miró el teléfono sin tu permiso? Aléjate de esa maldita loca.
—Tranquila. Ya se ha alejado ella...
—Bien, pues mejor así. —Pega un largo trago al vaso de leche y eructa.
—No. Mejor, no. ¡Yo quiero estar con ella!
—Bueno, pues no te preocupes. Ya volverá.
—Maria. —La miro fijamente—. Eres pésima consolando.
—En realidad, podría animarte de muchas maneras —añade pícara, y con la lengua, limpia los bordes del vaso, en busca de los trozos de galleta mojada que se han quedado pegados—. Pero Rebeca se enfadaría aún más.
—Enfadar a Rebeca... —Se me ocurre—: ¡También podrías ligar con Marcos para quitárnoslo del medio! Rebe seguiría cabreada conmigo pero al menos ya no tendría competencia.
—Pero ¿tú por quién me tomas? ¿Y quién es ese dichoso Marcos?
—Marcos es un enfermero amigo de Rebeca, y lo siento. Es que me altero de tan solo pensar que ahora mismo puede que estén juntitos... Tal vez haciendo cositas...
—Andrés, no te preocupes.
—¿No?
—No. ¿Qué sentido tiene? Pase lo que pase, no te vas a enterar.
—Eh... —Vuelvo a decir—: Efectivamente. Eres pésima consolando.
—Chico, tú tranquilo. Ya sabes como es Rebeca, no le pedirá a Marcos manteca.
—¡Maria! —protesto—. Prefiero no imaginarme ciertas cosas.
Me pasa el paquete de galletas y aconseja:
—Bien. Pues no te comas más la cabeza. Desayuna conmigo y prepárate para ir a la universidad.
—Sí, eso será lo mejor.
—Exacto. Haz tu vida y deja a Rebeca tranquila. Nada de llamadas, ni mensajes... Ya verás cómo en menos de una semana vuelve a acudir a alguno de vuestros encuentros en el ascensor.
—¿Tú crees?
—Lo sé. Como sé que la Rebe y el enfermero no están haciendo el misionero.
—¡Maria...!
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69 SEGUNDOS PARA CONQUISTARTE (EN LIBRERÍAS Y WATTPAD)
Teen FictionCOMPLETA. En librerías y Wattpad. Premio WATTYS 2020. En su segundo año de carrera, Andrés continúa siendo un estudiante ejemplar. Es aplicado, constante, trabajador y su prioridad son los exámenes. Pero todo esto cambia cuando conoce a "la chica d...