¿REBECA?

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—Mi cuello... —gruño nada más despertar.

Abro la puerta del coche y salgo para poder estirarme. Estoy tan agarrotado como un astronauta tras un vuelo espacial. Hago un poco de contorsionismo hasta llegar a la conclusión de que nada me quitará el dolor muscular.

Maria y Verony siguen dormidas. Ni siquiera el sol del mediodía ha logrado despertarlas. Entiendo que la chófer esté cansada del viaje, pero ¿Verony? ¿Acaso está recuperando todas las horas de sueño que ha perdido por leer tanto por las noches?

Doy media vuelta y me alejo de Craters en busca del lugar adecuado en el que vaciar mi vejiga. Camino junto al muro que delimita el jardín de la casa, hasta que decido que me encuentro lo suficientemente lejos del coche como para poder orinar a gusto. Me desabrocho el pantalón y empapo el muro, formando una cascada que acaba con la vida de más de una escaladora hormiga. Si de pequeño no hubiese visto la película Bichos, ahora no me sentiría tan mal.

Alzo la vista. Esta nueva perspectiva del terreno me demuestra que no está tan descuidado como pensábamos. El césped de la parte delantera de la vivienda está cortado y hay un camino de piedra completamente despejado, donde han aparcado un coche. Definitivamente, la casa no está abandonada.

Presto atención al edificio. Tiene dos plantas, y en la primera hay una ventana abierta que me permite vislumbrar el interior de una cocina. Frunzo el ceño, atento, y es que me parece observar a una persona de espaldas. Su cabello es rojo y me resulta muy familiar. Demasiado familiar...

—¿Rebeca? —mascullo.

Rápidamente, vuelvo a abrocharme el pantalón, no vaya a ser que me descubra espiándola mientras me agarro el miembro. Se malinterpretaría.

—¿Es ella?

Apenas logro ver parte de su espalda, oculta bajo una larga y despeinada melena. Podría ser Rebeca, o cualquier otra persona de cabello roji...

—¡Joder! —Se ha girado. ¡Es ella!—. Mierda, mierda... —Nervioso, me he tirado al suelo.

Las palmas de mis manos palpan barro húmedo. Qué asco. Estoy sobre el fin de la cascada asesina de hormigas. Pero ahora mismo eso es lo de menos. Tengo que regresar al coche, contar a Maria y Verony lo ocurrido y preparar la manera adecuada de presentarme ante Rebe, quien espero que no me haya visto.

Gateo escondido por el muro, mientras las zarzas me arañan, me clavo puntiagudas piedras, me ortigo... Y todo para nada:

—¿Andrés?

—Oh, mierda.



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Continuará... 

*A continuación: maratón final, compuesto por 9 capítulos*

FECHA: viernes, 20 de mayo de 2022.

FECHA: viernes, 20 de mayo de 2022

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69 SEGUNDOS PARA CONQUISTARTE (EN LIBRERÍAS Y WATTPAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora