23.

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-         Si, es eso seguro – asiento repetidas veces

-         Lenna, sabes que tienes que relajarte – me pone una mano en el hombro – y sabes que yo puedo ayudarte con ello – me sonríe

-         Ni hablar, que duele mucho – niego y Dan carcajea

-         Pero sabes que te relajas al final

-         Pero es que me das con mucha fuerza joder, me vas a partir un día

-         Sabes que tiene que doler

-         Pero es que...

-         ¿Lenna? – la voz de Jared nos interrumpe

-         ¿Sí? – le miro dudosa

-         ¿podemos hablar?

-         Puedes hablar aquí – dice Dan mientras le da un trago a la cerveza – ella me lo cuenta todo

-         ¿de veras? – se burla el muy gilipollas - ¿todo?

-         Eso espero – nos mira a ambos - ¿algo que no sepa? – me mira esta vez serio

-         Nada – sonrío y se que sabe que estoy mintiendo perfectamente

-         Esta noche te hago lo de siempre ¿vale? – me besa la frente y sale de la cocina. Yo suspiro y noto a Jared tenso. Tiene la mandíbula apretada y una cara de mil demonios.

-         ¿Qué?

-         ¿No te da vergüenza?

-         ¿perdón?

-         Tirarte al hermano de tu amiga y encima decirlo así – eleva las manos - ¡joder si le ha faltado decirme la puta postura!

-         Creo que te estás confundiendo...

-         Sabia que no eras una santa pero no que llegaras a esto

-         ¿PERDONA?

-         Eres como todas – bufa

-         Vete a la mierda – intento pasar por su lado y me agarra - ¡que me sueltes!

-         ¿te lo vas a tirar esta noche?

-         ¿Sabes? – me enfrento a el - ¡si! Me lo pienso tirar y ahora ¡déjame en paz, joder! – me suelto de su agarre y voy al salón junto al resto.

-         Tiaaa les estoy contando lo que nos paso el primer día que vinimos aquí – dice Noa sentada en las piernas de Liam, el cual le acaricia el pelo mientras sonríe.

-         ¡puff! ¡TERRIBLE! – carcajeo – no teníamos luz y decidimos comprar unas linternas en el chino de la esquina. Subimos y vemos que las linternas no tienen pilas. Bajamos y el chino cerrado. ¡Tuvimos que andar por horas para encontrar algo abierto! Y al final, con velas y comiendo un sándwich de queso. ¡PRIMERA NOCHE GENIAL!

-         Pero dormimos en la terraza viendo las estrellas – sonríe Noa

-         Si – sonrío – estábamos tan cansadas que abrimos una botella de vino y contemplamos el cielo

-         ¿no será de los que traje?

-         Ese no lo bebimos el día que los conocimos Dan – me burlo

-         ¿a nosotros? – pregunta Liam

-         Vaya – le doy un trago a una birra

-         Estas bebiéndote la mía – mierda tenía que ser de el.

-         En teoría son mías, las pago yo – le sonrío y el pasa de mi.

A las dos y media de la mañana Liam y Noa se fueron a su habitación a dormir. Dan se había levantado antes para ducharse y el medicucho aún seguía en mi sofá, sin intención de levantarse.

-         Esto...nos vamos a dormir ya todos, ¿te vas? – le sonrío

-         Aún no me la he terminado – levanta su lata de cerveza

-         Te la puedes llevar, no te preocupes

-         Ya, pero no quiero salir con ella, pareceré un alcohólico

-         Vaya por dios – suspiro y me cruzo de brazos

-         ¿Sabes? He bebido demasiado para coger el coche

-         ¿Qué? – le miro atónita – venga no me jodas Jared

-         Vaya ahora no soy medicucho

-         Vete a la mierda

-         Creo que lo mejor va a ser que me quede

-         ¿Perdona?

-         No querrás que conduzca así, ¿verdad?

-         Pero vamos a ver...

-         No puedo ir así, podría tener un accidente

-         Pues llama a un taxi

-         Son muy caros

-         Eres médico, puedes permitírtelo no me jodas

-         Lenna

-         Ni Lenna ni leches, te la bebes y llamas a un taxi – me levanto – porque a no ser que duermas en el sofá, no sé dónde leches dormirías

-         Pues...

-         ¡Ni se te ocurra decir que conmigo! Y Liam y Noa estarán follando como conejos

-         Joder...

-         Es lo que hay

-         Cariñoo ¿vienes a dormir ya o qué? – grita Dan desde mi habitación

-         Voyyyyyyyyyyyy – le grito de vuelta

-         ¿Ya vas a tirártelo?

-         ¿Vienes a verlo? – le digo con el mismo tonito de voz

-         Paso – bufa y yo me voy a mi habitación.

El masaje de Dan me deja la espalda como nueva. Su exnovia le enseño un poco ya que era fisioterapeuta, y siempre que estaba estresada, me ayudaban mucho sus masajes, que consistían en crujirme toda la espalda, de ahí que me duela tanto. A las 5 me desperté teniendo muchísima sed. Tomo un vaso de agua y cuando paso por el salón me percato de un bulto en mi sofá. Joder. Jared está tumbado en mi incomodísimo sofá tiritando de frio. Ahora me siento fatal, el pobre ni se ha molestado en pedirnos una manta. No debería sentirme así después de lo que me dijo, pero... joder, que me condenen, me siento fatal. Me acerco a mi armario y cojo una manta gordita. Cuando llego al sofá se la echo por encima y sonrío al ver como se agarra a ella con fuerza. Es tan guapo. Mi corazón late con fuerza y no puedo evitar acariciarle el pelo. ¿Qué coño me pasa? Suspiro de nuevo y me alejo, no quiero que me pille, pero me sujeta la mano.

-         No te vayas – me susurra

-         ¿Jared? – casi tartamudeo

Lo que pasa en Londres, se queda en Londres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora