- ¿Lenna? – oigo su voz confundida y unos pasos acercarse - ¿Lenna? – esta vez suena a pregunta y me giro lentamente. El me mira desconcertado y yo me elevo de hombros.
- Te dejaste el teléfono en casa y llamó tu hermana, me contó lo que ocurría y lo recogí yo – le explico. El sigue con la misma cara.
- Sii, además la seño me ha comprado un crep que estaba super rico – le cuenta ilusionado
- ¿El qué? – el despega la mirada de su sobrino a mi – habrás recordado que...
- Era sin gluten Jared, relájate – le interrumpo y el asiente
- Pero que seño mas buena tienes Dylan, que suerte – le guiña un ojo Rob
- Es española, ¿Qué esperas querido? – le sonríe divertida
- Es la mejor seño – Dylan me abraza y yo le sonrío
- Bueno esto... yo me tengo que ir, dejé el coche algo lejos y mientras llego y todo... me ha gustado mucho conoceros – le sonrío a los abuelos de Dylan – y tu pequeñín, no vemos en clase ¿vale?
- ¿Dónde has dejado el coche? – pregunta Jared – no lo he visto en la entrada
- Bueno, está cerca no te preocupes
- Está en la puerta donde hizo Daniels su cumple – dice Dylan y los tres me miran sorprendidos
- ¿A eso llamas tu cerca? – me pregunta el medicucho
- Bueno, tampoco es para tanto – le quito importancia
- ¿Y cómo habéis venido hasta aquí?
- En Uber abu – le dice a Rob
- Pero ¿y eso por qué?
- Es que no tenía sillita para el – sonrío nerviosa – entonces lo dejé allí
- Claro, la sillita...
- ¿Cuánto ha sido el Uber cariño? – me pregunta María
- ¿Qué? – veo como ella coge su monedero de una mesa y yo niego – no, no me vaya a dar nada de verdad – muevo las manos – no ha sido tampoco gran cosa de verdad – le sonrío
- ¿Cómo que no? – yo niego y ella sonríe – bueno entonces permíteme que te invite a cenar ¿vale?
- Yo es que de verdad tengo que irme, dejé el coche en doble fila y... - suspiro – esperemos que siga ahí y no se lo haya llevado la grúa que ya bastante tengo con la multa – me quejo.
- ¿Doble fila? – pregunta Jared
- ¿Multa? – Rob me mira boquiabierto
- Es que no había aparcamiento y lo dejé un segundo, un segundo de verdad, y cuando salí ya la tenía – me quejo de nuevo – y claro lo tuve que dejar allí porque no podía montarme en el para moverlo y dejar a Dylan fuera solo – suspiro – en fin, un drama – carcajeo y los tres me miran alucinando.
- ¿Has liado todo eso solo por mi nieto? – María me mira emocionada
- Bueno... no es nada, cualquiera lo hubiera hecho – le sonrío
- Jared, tienes que casarte con esta chica – suelta y yo siento como casi me ahogo en un instante.
- Mamá por dios
- ¿Has visto que corazón tiene? No como las mujeres con las que te relacionas – bufa – y encima española y profesora de mi nieto. ¡Es perfecto!
- Mamá, déjalo ya ¿estamos? Voy a llevar a Lenna a por su coche – les dice y yo le miro sorprendida – ni se te ocurra ponerme una excusa – me señala y yo termino asintiendo, no tengo ganas de andar ni dinero para el Uber.
Nos montamos en su coche y vamos en silencio todo el camino, hasta que me da por encender la radio y al reconocer una canción que me encanta decido subir el volumen.
- ¿Eh pero que haces? – me quejo al recibir un manotazo
- ¿Estás sorda o algo parecido?
- ¿Yo?
- Estaba a un volumen adecuado
- Eres un amargado enserio – me quejo y miro por la ventana
- ¿Por no subir el volumen y quedarme sordo?
- Por no vivir la música – me giro – la música no hay que escucharla adecuadamente – repito sus palabras – hay que sentirla
- ¿Y tú la sientes quedándote sorda? – asiento y el niega divertido – estás loca
- Pues si – me elevo de hombro y vuelvo a subir el volumen. Canto la canción de Imagine Dragons a todo pulmón y veo como sonríe de lado.
Cuando llegamos, mi coche seguía allí, con otras dos multas más. Al verlas me abracé a mi misma. Este mes lo iba a pasar mal gracias a esas sumas de dinero. Jared me las quita de las manos y se las guarda.
- ¿Qué haces?
- Las pagare yo
- No hace falta – le intento hacer entender
- Da igual, si no lo hago mi madre me deshereda como mínimo, asique déjalo estar – yo asiento y saco su teléfono de mi bolso – gracias
- No es nada – me elevo de hombros y camino al coche. Ya está empezando a oscurecer.
- ¿Y tu cita? – me pregunta y yo me giro de golpe ¡MIERDA HERO! - ¿lo habías olvidado?
- Diossssssssss, quiero morir – busco en mi bolso el móvil y no está – JODER, JODER
- ¿Qué pasa?
- Mi teléfono que no esta aquí y no tengo como llamarlo. Espera, déjame tu móvil por favor – le suplico y el niega – joder Jared no seas capullo, por favor
- No tengo su teléfono – se eleva de hombros
- Pero el de tu hermano si, que seguro estará con Noa, la cual si lo tiene – el asiente y me lo da. Tras hablar con la parejita consigo el numero y lo llamo pero no me lo coge. Asique le dejo un mensaje en el contestador explicándole lo que ha pasado y que lo sentía muchísimo. Le devuelvo el teléfono y suspiro.
- Bueno, gracias por traerme, ya nos veremos – sonrío nerviosa, me giro y me monto en mi coche. El no se mueve de su sitio y me despido con la mano, a lo que el me responde con una mirada.
Al llegar a casa suspiro y veo que Noa aún no ha llegado. Me pongo mi pijama y me meto en la cama, estaba destrozada.
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Lo que pasa en Londres, se queda en Londres.
RomansaLenna y Noa son dos mejores amigas, casi hermanas, que dejan atrás su vida para irse a vivir a otro país. Su vida era tranquila hasta que un día dos hombres aparecen en sus vidas, de una forma muy peculiar, para ponerlo todo patas arriba.