11.

153 6 0
                                    

-          ¿Lenna? – oigo su voz confundida y unos pasos acercarse - ¿Lenna? – esta vez suena a pregunta y me giro lentamente. El me mira desconcertado y yo me elevo de hombros.

-          Te dejaste el teléfono en casa y llamó tu hermana, me contó lo que ocurría y lo recogí yo – le explico. El sigue con la misma cara.

-          Sii, además la seño me ha comprado un crep que estaba super rico – le cuenta ilusionado

-          ¿El qué? – el despega la mirada de su sobrino a mi – habrás recordado que...

-          Era sin gluten Jared, relájate – le interrumpo y el asiente

-          Pero que seño mas buena tienes Dylan, que suerte – le guiña un ojo Rob

-          Es española, ¿Qué esperas querido? – le sonríe divertida

-          Es la mejor seño – Dylan me abraza y yo le sonrío

-          Bueno esto... yo me tengo que ir, dejé el coche algo lejos y mientras llego y todo... me ha gustado mucho conoceros – le sonrío a los abuelos de Dylan – y tu pequeñín, no vemos en clase ¿vale?

-          ¿Dónde has dejado el coche? – pregunta Jared – no lo he visto en la entrada

-          Bueno, está cerca no te preocupes

-          Está en la puerta donde hizo Daniels su cumple – dice Dylan y los tres me miran sorprendidos

-          ¿A eso llamas tu cerca? – me pregunta el medicucho

-          Bueno, tampoco es para tanto – le quito importancia

-          ¿Y cómo habéis venido hasta aquí?

-          En Uber abu – le dice a Rob

-          Pero ¿y eso por qué?

-          Es que no tenía sillita para el – sonrío nerviosa – entonces lo dejé allí

-          Claro, la sillita...

-          ¿Cuánto ha sido el Uber cariño? – me pregunta María

-          ¿Qué? – veo como ella coge su monedero de una mesa y yo niego – no, no me vaya a dar nada de verdad – muevo las manos – no ha sido tampoco gran cosa de verdad – le sonrío

-          ¿Cómo que no? – yo niego y ella sonríe – bueno entonces permíteme que te invite a cenar ¿vale?

-          Yo es que de verdad tengo que irme, dejé el coche en doble fila y... - suspiro – esperemos que siga ahí y no se lo haya llevado la grúa que ya bastante tengo con la multa – me quejo.

-          ¿Doble fila? – pregunta Jared

-          ¿Multa? – Rob me mira boquiabierto

-          Es que no había aparcamiento y lo dejé un segundo, un segundo de verdad, y cuando salí ya la tenía – me quejo de nuevo – y claro lo tuve que dejar allí porque no podía montarme en el para moverlo y dejar a Dylan fuera solo – suspiro – en fin, un drama – carcajeo y los tres me miran alucinando.

-          ¿Has liado todo eso solo por mi nieto? – María me mira emocionada

-          Bueno... no es nada, cualquiera lo hubiera hecho – le sonrío

-          Jared, tienes que casarte con esta chica – suelta y yo siento como casi me ahogo en un instante.

-          Mamá por dios

-          ¿Has visto que corazón tiene? No como las mujeres con las que te relacionas – bufa – y encima española y profesora de mi nieto. ¡Es perfecto!

-          Mamá, déjalo ya ¿estamos? Voy a llevar a Lenna a por su coche – les dice y yo le miro sorprendida – ni se te ocurra ponerme una excusa – me señala y yo termino asintiendo, no tengo ganas de andar ni dinero para el Uber.

Nos montamos en su coche y vamos en silencio todo el camino, hasta que me da por encender la radio y al reconocer una canción que me encanta decido subir el volumen.

-          ¿Eh pero que haces? – me quejo al recibir un manotazo

-          ¿Estás sorda o algo parecido?

-          ¿Yo?

-          Estaba a un volumen adecuado

-          Eres un amargado enserio – me quejo y miro por la ventana

-          ¿Por no subir el volumen y quedarme sordo?

-          Por no vivir la música – me giro – la música no hay que escucharla adecuadamente – repito sus palabras – hay que sentirla

-          ¿Y tú la sientes quedándote sorda? – asiento y el niega divertido – estás loca

-          Pues si – me elevo de hombro y vuelvo a subir el volumen. Canto la canción de Imagine Dragons a todo pulmón y veo como sonríe de lado.

Cuando llegamos, mi coche seguía allí, con otras dos multas más. Al verlas me abracé a mi misma. Este mes lo iba a pasar mal gracias a esas sumas de dinero. Jared me las quita de las manos y se las guarda.

-          ¿Qué haces?

-          Las pagare yo

-          No hace falta – le intento hacer entender

-          Da igual, si no lo hago mi madre me deshereda como mínimo, asique déjalo estar – yo asiento y saco su teléfono de mi bolso – gracias

-          No es nada – me elevo de hombros y camino al coche. Ya está empezando a oscurecer.

-          ¿Y tu cita? – me pregunta y yo me giro de golpe ¡MIERDA HERO! - ¿lo habías olvidado?

-          Diossssssssss, quiero morir – busco en mi bolso el móvil y no está – JODER, JODER

-          ¿Qué pasa?

-          Mi teléfono que no esta aquí y no tengo como llamarlo. Espera, déjame tu móvil por favor – le suplico y el niega – joder Jared no seas capullo, por favor

-          No tengo su teléfono – se eleva de hombros

-          Pero el de tu hermano si, que seguro estará con Noa, la cual si lo tiene – el asiente y me lo da. Tras hablar con la parejita consigo el numero y lo llamo pero no me lo coge. Asique le dejo un mensaje en el contestador explicándole lo que ha pasado y que lo sentía muchísimo. Le devuelvo el teléfono y suspiro.

-          Bueno, gracias por traerme, ya nos veremos – sonrío nerviosa, me giro y me monto en mi coche. El no se mueve de su sitio y me despido con la mano, a lo que el me responde con una mirada.

Al llegar a casa suspiro y veo que Noa aún no ha llegado. Me pongo mi pijama y me meto en la cama, estaba destrozada.

Lo que pasa en Londres, se queda en Londres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora