Cuando el maestro de pociones cerró la puerta Draco por fin pudo respirar. El oscuro hombre le dio la espalda para acercase a un mueble y sacar una botella acompañada de una copa.
-Potter volverá pronto- declaro y Draco dio un brinco que disimulo sentándose incómodamente en una silla cercana
-¿si?
El profesor dio un sorbo a su bebida suspirando por lo bajo
-Si y más te vale no haberte... encariñado demasiado con la copia de Potter-
-No lo he hecho -
Draco se vio estudiado por su padrino a profundidad, sabía que el hombre podría ver dentro de el con facilidad y espero que no lo hiciera en realidad.
-Draco...retírate, es tarde- el sombrío hombre señalo brevemente la puerta mientras se tocaba el puente de la nariz
Eso que Draco tenía en la muñeca era...
-Buenas noches-
Draco salió de la encubierta habitación con más dudas que respuestas, cada una de ellas enrevesada en un futuro incierto y por alguna razón ninguna lo incluía, giro una esquina y choco con alguien, a punto de maldecir levanto la vista para encontrarse con unos ojos verde azulados viéndolo fijamente, una sonrisa cruzo por el rostro del falso elegido
-Malfoy, que coincidencia, iba a ver a mi...al profesor Snape...- Draco no escucho la palabrería y arrugando el gesto cruzo por su lado, pero el otro lo detuvo con un firme agarre.
-¿El profesor te dijo algo?- le pregunto por lo bajo y sin mirarlo, pero incluso en la luz tintineante de las lámparas vio el azul que venía de sus ojos, se soltó de un golpe, pero no se alejó.
-Mañana- le dijo en voz baja- mañana vamos a Hogsmeade, alguien como tu seguramente no ha probado aun los dulces de ... -altaneramente cruzo sus brazos, pero fue interrumpido por un risa, una corta y áspera risa, con toques de lamento.
-Lo siento, debo declinar- le dijo cortésmente el pelinegro- No se me es permitido salir del castillo-
Draco retrocedió un paso, pero en realidad no estaba sorprendido, era lógico, no podían abandonar a un posesión tan valiosa al aire en manos de hormonales adolecentes y multitudes desenfrenadas, pero esto también trajo una nueva ola de conocimiento a Draco.
-Pero...- el pelinegro le saco de sus pensamientos- Como ya paso la hora de la cena, ¿te gustaría acompañarme a las cocinas por algo de comer?-
La puerta de la habitación del profesor de pociones se abrió, Draco dio un respingo antes de sentir como le tiraban encima una tela conocida.
-¿Qué haces aquí Evan?- pregunto la voz profunda del mayor cerca de allí, Draco se dedicó a desdoblar aún más la capa para lograr cubrirse, mientras luchaba contra los latidos frenéticos de su corazón.
-Vine a ver lo de mi castigo, mañana hay salida a Hogsmeade, Hermione y Ron insisten demasiado en ir conmigo esta vez, incluso cuando me negué y alegue diferentes circunstancias-
-Los leones-dijo con frustración-son más molestos que útiles con sus sentimentalismos. Ve y diles que te castigue por andar distraído por los pasillos y que limpiaras los calderos del último mes-
Escucho una risilla
-Ellos son sentimentales pero no son tontos, ellos sospechan demasiado, no de mí como "persona", sino de que algo va mal aquí-
Draco no vio la seña, pero no fue difícil imaginar que señalaba su cabeza.
Escucho sisear a su padrino.

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Corazón de Mago
RomanceDraco lo mira comer, caminar y reírse, siendo todo lo Gryffindor valiente y torpe que debe ser. Pero entonces ¿porque su corazón le dice que aquello no es correcto? Potter tiene algo que no encaja, lo sabe y piensa averiguarlo.