Abre los ojos lentamente asegurándose de que Draco este dormido. El no necesita dormir, aunque puede fingir hacerlo muy bien, estudia el pelo rubio platino, las cejas, pestañas y la tersa piel, es interesante pensar en la combinación correcta para lograr crear a ese ser.
"¿Un ángel?" había pensado el original cuando lo había visto la primera vez e incluso su mente infantil creyó que era un ser fantástico de los muchos que le había comentado Hagrid.
Pero para él, Draco parecía una animal de exhibición, como aquella pitón que vio...que el original había visto de niño, allí en una caja de cristal enroscada sobre sí misma, llamativa y lejana, haciendo todo lo que se esperaba que hiciera, actuando como debería hacerlo, pero con una mirada que insidia en que si te acercabas demasiado...te mordería.
Toca su piel suave, al menos eso cree, su sentido del tacto no es del todo bueno, pero lo compensa con una buena visión, por lo cual estudia con detenimiento sus rasgos masculinos, sin la contorsión absurda de asco se ve bien, lo atrae de la cintura con facilidad, es apenas centímetros más bajo, aunque a él lo hicieron más alto del original, aunque, que él sepa nadie se ha dado cuenta de ello.
Suspira y le agrada hacerlo, la sensación de llenar su pecho con aire y poder controlar el ritmo de su salida le fascina, poco después le escuchar gemir entre sueños, entonces rememora con facilidad uno de los recuerdos fijos que tiene almacenado, solo hace falta pensar en ello para que se reproduzca en su cabeza como una película. En ella hay una chica joven, llora y moquea. Las emociones que siente del recuerdo son nerviosismo e indecisión seguido de una fuerte convicción.
Y el beso llega.
A Harry no le agrada del todo aquel recuerdo, más que nada por lo difícil que fue de interpretarla y estudiarla durante su adestramiento para fingir ser el original Harry Potter, tardo días enteros en llegar siquiera a una leve interpretación y a relacionarlo con otros eventos. Su instructor, el profesor Snape, se había sentido insatisfecho con el los primeros intentos y había tratado de explicárselo en varias ocasiones.
Por ese entonces su tutor le había asignado su propio nombre y le había hecho entender las cosas más desde el punto de vista de un observador, facilitándoles las cosas.
Evan. Así le llamaba en la soledad, era claramente un juego de palabras, pero gracias a eso el se había sentido una persona, alguien individual, alguien único, alguien.
Le gustaba ese nombre y le gustaría también que Draco lo llamara de esa forma.
Los labios de Draco se abrieron y suspiraron totalmente hundido en su sueño hipnótico, con despacio le levanto el rostro y lo acerco a él, las emociones del recuerdo con aquella joven se quintuplicaron, lo que creía era bueno, se acercó más queriendo darle un beso.
Pero se detuvo, sería más divertido ver su reacción estando despierto, así que el por el resto de la noche se dedicó a velar su sueño. Casi al alba lo levanto de la cama y la llevo a la suya, arropándolo.
-Oye Malfoy- le susurro con un extraño sentimiento-¿Puedes llamarme Evan? Es mi nombre, lo único que no se lo debo a "El" ¿podrías llamarme así?-
Sabía que sus palabras no serían escuchadas, pero no perdía nada en decirlas.
Pronto. Más pronto de lo que imaginaba, amaneció y la enfermera lo insto a volver a su habitación para prepararse para las clases. Harry obedeció mirando discretamente sobre el hombro como la mujer mayor despertaba a Draco que remoloneo en su cama antes de abrir los ojos y empezar a arrugar el ceño.
Más tarde y terminando encantamientos lo vio caminar por el pasillo acompañado por un par de miembros de su casa, llevaba puesto el traje de Quidditch y una escoba en la mano, se veía concentrado mirando al frente sin dejar que nada lo distrajera.

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Corazón de Mago
RomanceDraco lo mira comer, caminar y reírse, siendo todo lo Gryffindor valiente y torpe que debe ser. Pero entonces ¿porque su corazón le dice que aquello no es correcto? Potter tiene algo que no encaja, lo sabe y piensa averiguarlo.