Capítulo XXVI

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Christina.

─ ¿Hoy también te irás temprano? – Sharon se apoya en los casilleros – No puedo seguir dándole excusas a los profesores de tu ausencia. – arrugo el entrecejo.

─ No tienes que hacerlo. – giro a verla – Tengo permiso para eso. – su rostro palidece.

─ ¿Hasta ahora es que me lo dices? – me encojo de hombros – Quede como una mentirosa.

─ Te dije que no te involucraras.

─ ¿Me dices que no me involucre y vives en mi casa? – sonrió.

─ Tú me ofreciste quedarme ahí. No te quejes de tu decisión.

Cierro mi casillero y emprendemos el camino hasta nuestra próxima clase. La mía es ingles y la de Sharon es la historia.

En los pasillos hay pocas personas, tal vez sea porque ya es el último día de clases a la semana, o porque los pocos que quedan aquí son los que aún no están seguros de que se van a graduar.

─ ¿Crees que este bien? – Sharon pregunta.

─ ¿Quién?

─ Shep.

A la mención del sujeto la miro. En su rostro hay simpatía, tristeza, decepción, cosas que si esperaba ver en las reacciones de las personas más cercanas a Shep.

Cuando empezó esta semana de clases nos dimos cuenta que las cosas en el Lycée no estaban bien, el ambiente estaba más pesado y frio que antes. Fue cuando la Srta. Moneca nos informo que después de lo sucedido con Loret, Shep había estado actuando extraño, empezaron a investigar y consiguieron que él aludido esté más involucrado de lo que creíamos. Desde el este fin de semana nadie sabe de él, la última vez que lo vieron fue el viernes cuando me fue a visitar en el hospital, con Sharon.

─ No lo sé. – contesto con honestidad – Pero espero que este bien. – Sharon asiente – Cambiando de tema, ¿Cómo te va con Lewis?

Esa pregunta basto para que durara todo el bendito día hablando del Ackerman sin parar, hasta que nos despedidos en la salida del Lycée, donde se fue con Lewis a una cita que tenían.

Espero el autobús en estos momentos, me debato en ir a la casa o en ir para la donde Sharon. Sé que desde un principio era estar solo un par de días allí, pero al pasar los días, menos pienso en eso, menos pienso en regresar.

Mi estadía en casa de Sharon se prolongara al parecer, hasta que me sienta lista en ir a verlos, o al menos en darle la cara a Natasha. Y hablando de ella, ha estado mandándome mensajes queriendo hablar conmigo, no he respondido, ni he dado señales de vida. Eso puede ser que la tenga cabreada, o solo este decepcionada.

─ Te ves diferente, – respingo en mi sitio. Mantengo mi vista en mis manos – me alegra eso.

─ ¿Qué haces aquí?

─ Vine a ver el lugar.

Lo miro a la cara esta vez, para demostrarle que este cerca de mi no me pone en alerta. Sus ojos opacan todo rastro de haber dormido bien estos días, agregándole que su cabello lo encuentro para nada atractivo. Desde donde esta le puedo sentir el olor a mugre y húmedo.

─ Te están buscando.

─ Lo sé. – camina para sentarse a mi lado, manteniendo su distancia – Quiero hablar contigo sobre algo.

─ Lo que tengas que decir, no me lo digas, díselo a la policía – respondo mordaz.

─ Esto es delicado...

Linaje ✓ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora