Himnos para dos generaciones.

A solas con Cortázar

Hablas de Ella como si fuese una ráfaga de viento que sacude las mejores pero a su vez también las peores emociones, esa lágrima que hace enrojecer tus lagrimales y esa sonrisa que tensa tu mandíbula en el más bonito de los gestos.

Dices que Ella es esa canción que nadie sabe componer y ese poema tan complejo que sólo el mismo Cortázar sabría descifrar.

Caminar de la mano bajo el sol de invierno y buscando la sombra en las inolvidables tardes de verano, marcar nuestros pasos en la existencia de alguien y creer que de verdad estuvimos ahí para algo, que somos algo más que un recuerdo y que nuestra sonrisa es motivo de felicidad para alguien.

Como cuando aprendiste a utilizar las metáforas y acabaste por esconder tantos sentimientos como cárcel de besos son vuestros labios, como cada vez que se te escapaba una lágrima porque no sabías entenderla y gritabas al cielo por qué Ella no caía a tus brazos como tantas otras lo habían hecho.

Porque nunca supiste entender que era inconquistable, que Ella era la vida, y la vida a veces, no hay quien la entienda.

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Textos: Loreto Sesma.