Ni rimas ni leyendas

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  • Dedicado a Loreto Sesma
                                    

Se dice que una persona necesita un abrazo cuando no lo pide y cuando menos se lo merece.

Se dice que el miedo pone más barreras que quitamiedos hay en todas las carreteras del mundo; que me permita la historia decir que me río yo del Muro de Berlín comparado con mis inseguridades.

He conocido tanto a la vida en tan pocos años que me atrevería a decir que aunque ella a veces parezca un poco puta, follándose siempre a todos; en realidad, es una dama dulce y cariñosa.

Sólo hay que conocerla.

Pero no venía a hablarte de eso, sino de que ayer mientras releía uno de los poemas de Bécquer; mi favorito, supongo que ya sabes del que te hablo; llegué a la conclusión de que el amor tiene que estar hasta los mismísimos cojones de todos nosotros.

Conozco a una chica que tiene un corazón que palpita al mismo ritmo de una película, y sueña con que algún día no existan las normas ni los miedos, y le griten en mitad de la Calle Alfonso que la quieren. Si algún día la conocéis, veréis que mientras lo cuenta se le escapa una sonrisilla que le delata y un brillo en los ojos que te hace creer en sus propios sueños.

Pero también tengo un amigo que lleva meses preparando su corazón para emprender la difícil guerra del querer, se le nota que no está acostumbrado; pero os juro, que siempre que habla de ella, de alguna forma, sé que lo conseguirá. Entre otras muchas cosas, porque un corazón tan grande no se puede dar por perdido.

Y qué decir de mi camarada y mi amiga, que tiene más barreras que venas recorren su cuerpo, y parece tener miedo a que un día su corazón palpite por otro motivo que no sea la orden estrictamente biológica. En mi opinión esas son las peores, porque el día que quiera, nos va a dar a todos una buena lección de cómo hacerlo.

Todos y cada uno de ellos hablan del amor.

Y el amor, sigue sin contestar a los tres tonos de la llamada; pero dejadme deciros una cosa, ojalá fuera yo como vosotros y pudiese hablar de ello sin que el miedo hiciese una de las suyas. Porque os lo merecéis todo y la única respuesta posible para un :"¿Y qué sois?", debería ser :

"felices".

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Texto: Loreto Sesma

Himnos para dos generaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora