Una última vez [EN PROCESO]

Heridas profundas...

...

Mis manos temblaban contra el volando, mis nervios estaban más que presentes y el temor de apodero de mi por completo. No sabía qué me iba a encontrar al llegar a su casa, pero lo que si sabía era que me necesitaba, tenía que estar con él. Porque escucharlo hablar como lo hizo hace unos minutos me desmorono, sabía perfectamente que algo no estaba bien y rezo para que no sea algo malo.

<<Aguanta>>

Justo cuando llego me estaciono, no sé si lo hice correctamente pero no me importa. Bajo del auto y me adentro a la casa, esa casa que traen recuerdos maravillosos y también incomodos, pero la gran mayoría perfectos.

Cojo la piedra falsa que esta junto a un florero y la volteo encontrándome con la llave de repuesto que me dejo Jace desde la primera vez que vine a su casa, sin titubear abro la puerta y la cierro detrás de mí. No espero a revisar o llamar si alguien más está en la casa, sino que corro escaleras arriba y apresuro el paso por el pasillo hasta estar frente a la puerta... A la puerta que se interpone entre mi amigo y yo.

Suspiro y tomando el pomo de la puerta la abro encontrándome con la habitación oscura por culpa de las cortinas que tapan la luz del día.

-¿Jace?-lo llamo por lo bajo y solo escucho un murmullo muy poco entendible, así que enciendo la luz encontrándome con un desastre. Y no esos desastres comunes de un chico, es más; Jace jamás fue desordenado, siempre tuvo sus cosas en orden y con ver este escenario me horrorizo. Es como si alguien hubiera entrado y hubiera destrozado todo. Sus cuadros estaban en el suelo con los marcos en trozos y nada que decir de los muebles que se encuentran en la habitación, es más, hasta su cama está hecho un caos; con el colchón fuera y las tablas todas rotas por la mitad.

Me quedo un momento viendo todo pero me sobresalto a ver algo moverse a un lado donde el colchón esta desprendido. Es él, esta tirado en el piso boca abajo y me preocupo aún más y sin pensarlo dos veces me acerco y me arrodillo junto a él, observo que no tiene camiseta, que solo esta con sus típicos pantalones negros y sin sus botas militares.

Lo toco y está muy frio, es como hubiera estado mucho tiempo así en esa posición.

-Jace...-lo trato de voltear con dificultad ya que su peso le gana a mis pobres brazos- Jace, vamos...

Cuando logro voltearlo luego de varios intentos ahogo un sollozo de horror al ver su cara y su pecho.

Tiene un hematoma en su ojo, tiene el labio roto con leve sangre un poco seca y tiene un golpe en la nariz pero no tan grave. Recorro su cuerpo hasta dejar mi mirada posada en su pecho, que en el encuentro un morado y en la forma que se ve el color debe de doler, también tiene rastros de sangre y espero que no sea suya.

Verlo así me parte en lo más profundo de mí ser, y siento que mis ojos pican por querer llorar, pero no debía. Si Jace me ve así se va a alterar, a él jamás le gusto verme llorar, así que parpadeo varias veces y agarro su rostro con cuidado de no lastimarlo.

Justo cuando tengo contacto con su piel abre los ojos y me mira, sus ojos marrones me miran, penetran mi alma y solo me jala a él y me abraza fuerte. Le correspondo el abrazo porque sé que él lo necesita y yo igual lo necesito.

-Abby...-susurra escondiendo su cara en mi cuello y respirando en él, haciendo que me dé un escalofrío por todo mi cuerpo.

-Shh-subo mi palma de su espalda hasta su cabeza y acaricio su cabello suavemente- aquí esto.

No sé cuánto tiempo nos quedamos así; en silencio y lo único que se escucha son nuestras respiraciones.

En mi cabeza estoy realizando un cuestionario sobre lo que le paso.