Sentados en el paraíso

6 0 0
                                    

Sentada junto a ti, aún recuerdo ese momento. Nos sentamos a una distancia no tan grande uno del otro, pero lo suficientemente lejos como para no poder rozar ni un milímetro de tu piel.
Mi corazón me pedía a gritos que te vuelva a abrazar, que te vuelva a besar. Pero no podía.
Me sentía en el paraíso: tú y yo, un jardín inmenso repleto de rosas, hermosas plantas, estatuas y árboles cargados de flores.
Me arrepiento de no haberlo intentado, me arrepiento de no haber tenido la valentía de besarte o abrazarte. Pero tú ya no me amabas y yo tenía que fingir que ya no lo hacía.
Una última cita de despedida fue una gran idea, querido ex y nuevamente amigo mío.
Gracias, te quiero.

Lloverá siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora