Me avisaste que te irías y no quise creerte.
Me dijiste que ya no me hablarías ni me verías, y no te creí capaz.
Te pedí por favor que conmigo no lo hagas y aún así lo hiciste.
Te importó un carajo mis sentimientos.
Solo te fuiste.
Ni siquiera hiciste las maletas, dejaste por doquier decenas de recuerdos.
Ya no sé dónde ponerlos; son demasiados.
Cada vez que doy un paso me topo con uno. A veces los piso y los rompo, entonces lloro. Otras veces los levanto y los observo. Sonrío. Los miro con melancolía y con amor.
Poco a poco los iré acomodando y guardando.
Mientras tanto, esperaré tu regreso. Para que vuelvas a revolver los recuerdos y esparcirlos por todos lados. O esperaré a que te vayas del todo. Así pondré nuevos, reemplazando a los que tú dejaste.
Aunque lo veo imposible; siempre encontraré recuerdos tuyos debajo de mi alfombra.
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Lloverá siempre
PuisiÉl decidió alejarse de la vida de ella, pero no dio razones. A través de sus escritos, ella expresará su dolor, planteará sus dudas y recordará su pasado. ¿En ningún momento abandonará la esperanza de que él regresará?
