No me puedo ocultar

10 0 0
                                    

¿Qué has hecho?
¿Por qué eres así?
Después me decías que yo era la única.
Claro que no lo era...
Está bien, no fuimos nada. Pero, por favor. No puedes andar por la vida tratando a todas las chicas igual.
¿Qué se te cruza por la cabeza?
¿Acaso no entiendes que tu simple presencia molesta?
Tienes ganas de que te hagan de todo y de hacer de todo. Pero, lamentablemente, de esta forma no lo vas a conseguir.
Solo generas miedo a cada chica con la que te cruzas. Y mira que a los chicos no les caes muy bien que digamos.
Ya no puedo ser libre ni en mi propia universidad. Me tengo que fijar si tú andas dando vueltas por allí. Y, para colmo, siempre estás sentado en la entrada, detrás de esa estúpida mesa. Solo desearía que no estés allí nunca más. Me privas de entrar y salir, no puedo quedarme ni 10 segundos deambulando por los pasillos. Ya no quiero verte.
No me pasa solo a mí, le pasa a otras más también.
Ahora estoy sola, nadie cuida mis espaldas.
¿Cómo hago para no verte? Si estás en todos lados.
¿Cómo hago para ocultarme? Si conoces todos mis escondites.
¿Cómo hago para escapar? Si siempre estás vigilando la salida.
¿Cómo hago para pasar desapercibida? Si conoces mi rostro a la perfección.
Un simple suspiro tuyo me pone nerviosa,
al escuchar tu voz me pongo a temblar
y si me tocas me paralizo por completo.
No puedo huir, ya me encontraste.
"Piedra libre para todos".
Me abrazas, me das un beso en la mejilla. Sonrisa fingida y alegría falsa por volver a verte.
La misma charla que la otra vez; nunca cambia. Mismas preguntas, mismas respuestas.
Te asombras cuando te cuento mis anécdotas por décima vez; nunca las recuerdas.
Un "trágame tierra" da vueltas por mi cabeza.
Quizás sería mejor que la tierra se lo trague y que lo escupa en su casa, o en algún otro país-pienso.
-Me tengo que ir a clases, lo siento- le digo. Ya no quiero estar allí.
-Entra, no llegues tarde. Te hablo después al WhatsApp para que me cuentes más detalles de tu vida.
Me vuelve a besar en la mejilla y se va.
¿Cuántos días más tendré que huir de él? No lo sé. Pero me volveré una experta en eso, te lo aseguro.

Lloverá siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora