✦ 𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 ✦ ━ Ｓｏｕｔｈ Ｐａｒｋ━

Kenny (7m)

— ¿Kenny?—apenas leí el papel, volteé instintivamente hacia donde el rubio estaba sentado.

Kenny me saludó con la mano mientras un coro de "ooohs" y "aaahs" nos rodeaban. Stan y Kyle se codearon entre sí mientras su amigo se levantaba del suelo y se acercaba a mí con una sonrisa.

— ¿Me permites?—extendió su mano en una semi reverencia con una sonrisa burlona en los labios, podía decir que ya había estado tomando un poco debido al brillo de sus ojos.

—Sería un placer, caballero—seguí el juego colocando mi mano en su palma para que la besara. Él besó el dorso de mi mano y me acompañó dentro del armario como si fuera un palacio.

Una vez dentro, escuchamos a Wendy cuchichear fuera y las risas de los chicos. Miré a Kenny, sus ojos estaban iluminados por un rayo de luz que se colaba entre una de las aperturas de la puerta. Tenía unos ojos azules preciosos, casi hipnotizantes.

— ¿Que miras tanto? ¿Te gusto?—bromeó.

—Puede que sí, ¿no quieres averiguarlo?—sonreí de lado.

¿Cuántas oportunidades se tenían en la vida para quedarse encerrada en un armario con un chico lindo? Cero, así que iba a aprovechar la mía todo lo posible.

Kenny no lo pensó dos veces, se acercó más a mí y me acorraló contra uno de los laterales del armario. Tomó un mechón de mi cabello y comenzó a jugar con él mientras me inspeccionaba, me sentía un poco intimidada por su altura, ya que me llevaba por lo menos una cabeza y media, pero en cierto modo también me gustaba eso.

Comencé a sentir un calor subir desde mi estómago hasta mis orejas cuando Kenny soltó el mechón de cabello y acercó lentamente sus labios a los míos. El desgraciado no me besaba, simplemente se quedaba ahí, a medio camino, provocándome con suspiros y miradas lascivas. Se mordió los labios, humedeciéndolos, y eso hizo que perdiera el control por completo.

Lo tomé por el cuello de su parka y tiré de él hasta que sus labios chocaran con los míos. Kenny no se resistió, ya que parecía tener la misma desesperación por besarme que yo a él. Tiró de mi falda, pegándome a su entrepierna, y acalló mi gemido de sorpresa con sus labios.

—Dios...—murmuré entre el beso, pero él volvió a callarme tirando de mi labio inferior con sus dientes y volviendo a besarme al instante.

Sentía sus manos recorrer mis piernas y colarse por debajo de mi blusa, yo también quería tocarlo y pasar mis manos debajo de su camiseta, pero su cuerpo me aprisionaba contra la pared y no podía moverme demasiado. Subí una rodilla, rodeando su cintura, y él aprovechó el movimiento para meter una mano debajo de mi falda.

— ¡Kenny!

Lo sentí sonreír en el beso y se separó unos centímetros de mi rostro para dirigir sus dientes a mi cuello. Tuve que morder su hombro para que los que estaban fuera no escucharan sonidos salir de mi boca.

— ¡Se acabó el tiempo!—la voz de Wendy hizo que me desconcentrara por completo.

Empujé a Kenny y jadeé mientras arreglaba mi cabello como podía. El pecho de Kenny subía y bajaba agitado, pero tenía una gran sonrisa en su rostro...y un gran bulto en sus pantalones.

Las puertas del armario se abrieron y me sonrojé al sentir las miradas de todo el mundo sobre nosotros.

—Bueno, siendo Kenny, no espero nada menos que un polvo de 7 minutos—escuché la voz de Stan desde el sofá.

—No sé si un polvo, pero definitivamente no jugaron a las cartas ahí adentro—bromeó Wendy señalando mi cuello con la cabeza.

Toqué la zona instintivamente y noté un leve ardor en la piel palpitante, alcé la mirada para ver la reacción de Kenny, pero este ya estaba encendiendo un cigarrillo despreocupado. Lo odiaba por dejarme queriendo más y ni siquiera inmutarse, o quizá si se diera cuenta, pero ese era el punto de todo.