○Puede haber shots tanto de ships, como shots con la rayis.
○Lemon y no lemon, para todos los gustos (?
○La actualización puede ser lenta porque escribo solo cuando se me viene alguna idea a la cabeza.
○Acepto sugerencias y pedidos.
○Disfruten ♡
°°°...
[TRIGGER WARNING, puede haber referencias a depresión, pensamientos suicidas, autolesión, etc. Así que si eres sensible con esos temas te recomendaría que te tomes un break con este shot. Tengo otros mucho más bonitos y menos sad (?]
P.D: SÍ, YA SÉ QUE SOY UNA FATALISTA, leave me alone.
P.D 2: Este shot va a ser larguito, así que lo voy a dividir en 2 partes.
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Una foto bonis de Kenny para empezar ahre.
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Lo que nos había unido había sido nuestra suerte para atraer a la tragedia. Tan simple y tan oscuro como eso, como nosotros.
Nos conocimos una lluviosa noche de octubre, yo había llegado hacía poco al pueblo y había tenido la pésima idea de salir a comer esa noche afuera para probar los restaurantes locales. Fueron dos las calles que pude caminar antes de que el cielo se partiera en una lluvia torrencial, y yo había dejado mi llave adentro, así que me encontraba en busca de un refugio hasta que la lluvia amainara para poder llamar un cerrajero.
Iba cruzando la calle, empapada y furiosa, maldiciendo a la vida y sin mirar a ambos lados. Escuché un bocinazo y, al voltear, todo lo que pude ver fueron las luces de un auto dirigiéndose hacia mí a una velocidad imparable. Es todo, pensé, es la cereza del postre. Pero antes de que pudiera pestañear, sentí unos brazos envolverse a mi alrededor y tirar de mí con fuerza, haciéndome caer en la acera junto a aquella persona que había salvado mi vida.
— ¡Dios! Muchas gracias—exclamé, incorporándome en el piso y volteando para ver a mi ángel guardián.
—No es nada—murmuró el chico, frotándose la cabeza con una sonrisa que develaba el pequeño hueco de un diente faltante.
Era casi irónico que nos conociéramos de esa manera, sabiendo como terminaríamos.
El chico se puso de pie y estiró su mano para ayudarme a levantarme, la cual tomé agradecida. Sacudí mi ropa, distraída, sin saber muy bien qué más decir para agradecerle el gesto que había tenido.
—No pareces asustada—dijo él, aún con su sonrisa, pero con una ceja arqueada.
—Estoy acostumbrada a que me pasen cosas malas, ya nada me sorprende.
El chico metió las manos en los bolsillos y se apartó para permitir que un par de personas que caminaban por la acera pasaran, luego se me quedó mirando pensativo.
—Nunca te había visto por aquí, ¿cómo te llamas?
— (t/n)—respondí, colocando un mechón de pelo empapado detrás de mi oreja—. Acabo de mudarme, ¿tú cómo te llamas?
—Kenny—hizo una reverencia, sacándome una risa, y luego se reincorporó—. Veo que saliste sin paraguas.
—Sí, bueno...quería salir a comer y no esperaba esta lluvia—Kenny asintió con la cabeza como diciendo "te entiendo"—. Aunque, conociéndome, tendría que haberla visto venir.
