Creeny (+18)

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Estaba fumándome un cigarrillo en las obras del centro comercial sin terminar, cuando me llegó su mensaje. Era tarde, casi de madrugada, y las cosas se habían puesto tensas en casa, así que decidí salir a dar una vuelta. Había logrado rescatar una botella de vino de la mesa del comedor antes de salir, así que esperaba que eso y mi cajeta de cigarrillos me mantuvieran entretenido bastante tiempo para no tener que regresar por lo pronto.

La botella estaba a la mitad cuando la tomé, pero ahora solo quedaba un poco en el fondo y yo estaba lo suficientemente atontado como para llamarlo. Sonreí cuando me colgó el teléfono, las tres veces que lo intenté, tomándomelo como un desafío personal.

Craig me había estado evitando desde que nos habíamos liado en un armario del instituto. Había sido casi un accidente, ni siquiera lo tenía en mi radar, simplemente compartimos un cigarrillo luego de clases y una cosa llevó a la otra. Sabía que no quería que nadie se enterase, me había amenazado un par de veces en caso de que dijera algo, pero eso solo me incitaba a molestarlo más. Era obvio que quería más, pero era demasiado estúpido para dejar que sus amigos prejuiciosos influyeran en él. Y, además, era tan adorable cuando se enfadaba.

Me esperaba que no me cogiera el teléfono, pero me tomó por sorpresa recibir un mensaje suyo de madrugada, un par de horas después de haber estado ignorando mis llamadas. Levanté una ceja al leerlo y luego bloqueé la pantalla, sin poder evitar una sonrisa para mí mismo.

Apagué el cigarrillo en la suela de mis zapatillas, terminé lo que quedaba del vino en un solo trago y pateé un par de escombros al levantarme de un salto para dirigirme a su ubicación. Su mensaje había mejorado automáticamente mi noche.

Siempre volvían, las personas con las que me acostaba solían regresar a mí por más y me había ganado una reputación en base a eso, uno de los motivos por los que Tucker se había mostrado reacio al principio. Pero ni siquiera él podía resistirse, siempre volvían.

Era extraño, a pesar de poder tener a quien quisiera, yo no era de los que volvían a fijarse en la misma persona dos veces, pero ahí estaba, caminando por un barrio de ricachones y buscando la dirección que Craig me había enviado. Estaba ebrio, aún más que yo, y me había rogado que fuera a verlo. De acuerdo, quizás no me había rogado, pero quería verme y eso me bastaba.

Me detuve ante una fachada impresionante, chequeando que la dirección fuera la correcta, pero no me hizo demasiada falta. La música y un par de compañeros de clase en el jardín delantero delataron la fiesta a la que no había sido invitado. Bueno, hasta ahora.

Un par de luces neón me cegaron por unos segundos al atravesar la puerta. Una vez que mis ojos se acostumbraron al rojo brillante, paseé la vista por la sala principal en busca del chico al que había ido a ver, pero no había ni rastros de él. Saqué mi teléfono del bolsillo para preguntarle donde se había metido, aunque una voz a mis espaldas me distrajo apenas envié el mensaje.

— ¿Kenny?—me volví hacia atrás, solo para encontrarme con el rostro sorprendido de uno de mis amigos— ¿Qué haces aquí?

—Oh, veo que fuiste invitado—sonreí con sarcasmo, realmente no me importaba esa estúpida fiesta, pero me divertía tomarle el pelo—. Ah, y hola, Wendy.

La chica aferrada al brazo de mi amigo asintió con la cabeza en forma de saludo, pero volvió su mirada a Stan con rapidez, como preguntándole qué demonios hacía yo ahí. Stan torció la boca en una mueca.

—Oye...de verdad hubiera querido decirles, pero Token...

—Descuida, solo bromeo—negué con la cabeza y un zumbido proveniente del teléfono en mi mano llamó mi atención. Lo revisé con rapidez, esperando que se tratara de Craig, y sonreí en cuanto comprobé que estaba en lo cierto—. Nos vemos luego, linda chaqueta, ¿te vas a tomar eso?

✦ 𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 ✦ ━ South Park━Donde viven las historias. Descúbrelo ahora