Luego de comprar un montón de comida en Taco Bell y Burger King, Barton la llevó hasta las afueras de la ciudad; le mencionó que sería resguardada en una de las instalaciones de la agencia. Memorizó cada una de las vías de acceso, códigos, todo lo que estuvo a su alcance mientras la guiaba a una habitación.
—Puedes tomar un baño Natalia, debajo del lavabo encontrarás toallas y en un momento te dejaré un cambio sobre la cama, toma el tiempo que necesites... al salir comeremos en la sala que pasamos camino hacia aquí, ¿Recuerdas cómo llegar?—Preguntó.
Natalia asintió y lo dejó para adentrarse en el cuarto de baño. Se paró frente al espejo y observó cómo 27 años de encierro habían pasado factura en su apariencia. Poco quedaba de aquella mujer atractiva que hacía voltear a los hombres. Su piel estaba sucia, su cabello ahora llegaba hasta sus muslos y apenas se veía un poco el color rojo bajo todas esas capas de suciedad.
Abrió el grifo, para dejar correr el agua y llenar la bañera. Vió el agua correr cada uno de los segundos que tardó en llegar a dos tercios de su capacidad. Se reincorporó para quitarse los vestigios de ropa que cubrían su cuerpo, su piel estaba tan blanca que podía ver a través de ella cada una de sus venas y arterias... sin duda no quedaba nada de lo que había sido Natalia Alianovna Romanova en el pasado. Ya no había nada de perfección en ella.
Se adentró en el agua caliente y se hundió hasta quedar cubierta. No entendía porque se preocupaban tanto por ella, en su lugar, de haber visto en alguien en esas condiciones deplorables, le habría hecho un favor poniendo una bala en su cabeza para aliviar su agonía... sin embargo Steve y Clint estaban cuidando de ella, como si lo mereciera.
Al quedarse sin aire, se reincorporó un poco para poder respirar; tomo shampoo en su mano para comenzar a lavar su larga cabellera. Le tomó más de media hora lavarla a fondo además de poner un poco de crema acondicionadora para poder pasar a través de los nudos más tarde.
Luego alcanzó una esponja y jabón corporal para tallarse a conciencia hasta ver su piel sonrojada por la fricción. Entre las cosas de baño encontró una rasuradora nueva y pensando que sería demasiada suerte encontrar cera depilatoria en los gabinetes, se conformó con esto para depilar las áreas necesarias. Tal vez no sería útil , pero era necesario sentirse limpia y volver a ser un ser humano.
Al finalizar vacío la bañera y volvió a lavarse ahora con la regadera, evitando así cualquier resto de suciedad. Escurrió su cabello y se enredó en una toalla al rededor del cuerpo y puso una en forma de turbante sobre su cabeza.
Cuando salió a la habitación se encontró con unos pants, calcetines y una camiseta blanca algo grande, pero serviría para su propósito. No encontró un cepillo así que al terminar de vestirse, solo dejó su cabello caer libremente sobre su pecho y espalda.
Había pasado más de una hora aseándose, según el reloj en el buró. Tal vez Clint se había cansado de esperar y ya hubiese regresado a donde fuera que debía ir después del trabajo. Se aventuró a salir y buscarlo, aprovechando la oportunidad para revisar el lugar.
—¿Qué haces aquí?—Un joven le interrogó al encontrarla vagando por los pasillos.
—¿Clint Barton?—respondió evitando decir más para no arruinar su cubierta.
—Te llevaré, está en la sala—el hombre le guió con un ademán.
Caminó tras de él, hasta encontrarse en la sala donde había quedado con Barton.
—Estaba vagando por el lugar, te buscaba Barton—le dijo al mayor. Este le agradeció y le dijo que se encargaría.
Clint quedó boquiabierto al ver a la mujer que estaba frente a él. Definitivamente a su parecer era la mujer más hermosa que había visto. Luego de recomponerse la invitó a sentarse a su lado. Él también se había aseado y ahora usaba algo parecido a las ropas de la chica.
—Me perdí... yo pensaba qué tal vez ya te habrías ido—dijo la pelirroja, sentándose a un lado del castaño.
—Quería esperarte para cenar, espero no esté tan fría la comida.
—No importa, te aseguro que he comido cosas peores— le sonrió y tomó un sorbo de la bebida que le ofrecía Clint— perdona la demora, hacia un par de meses que no podía usar una ducha.
—Aquí tengo otras cosas que encargué para ti, ropa, cosas para el aseo personal, cremas y ese tipo de cosas que usan las mujeres, apenas llegaron.
—Gracias Clint, siempre estaré agradecida contigo y con Steve... el también parece buena persona.
Tomó su hamburguesa y a la primera mordida tuvo que cerrar los ojos y soltar un gemido involuntario. Hacia muchísimo que no comía algo tan delicioso.
—Parece que si te gustó, aquí hay tacos, papas fritas y strudels de manzana— le dijo el agente con la boca seca.
—Esto es lo más delicioso que he probado en décadas.
—¿Quieres hablar sobre eso?.
—No realmente. Solo puedo pensar en cada uno de los días que estuve ahí dentro y... no quiero recordar.
—Entonces buscaré algo en la tv para ver mientras cenamos... ¿algún género en específico?.
Natalia negó y dió otro mordisco a su hamburguesa. Barton navegó por los canales y se encontró con una película sobre robots alienígenas, al no escuchar objeción sólo se acomodó en el sofá, con su plato sobre el pecho.
Estaba tan entretenido con la trama de la historia, que no se dió cuenta en que momento Natalia se había rendido al sueño, formando un ovillo del otro extremo del sofá. Se abrazaba a sí misma, dándose calor.
Apago la televisión y comenzó a limpiar las sobras, sin dejar de ver a la chica. ¿Quién era ella y por qué la tenían en cautiverio cómo si se tratara de un animal? Natalia parecía una chica dulce, no merecía lo que había vivido; ahora lo tenía a él para ver por su bienestar.
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¡Feliz Navidad! 🎄🎁
Hubo un ligero retraso, se supone que hoy habrían actualizaciones simultáneas de las 8 historias perooooo 👉🏻👈🏻 los excesos 🙈
Después de muchísimo trabajo, dolor muscular y una buena resaca, ya volví 🤓
Así que me pondré al día con los capítulos navideños antes de que sea San Valentín...
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AFTER ⧗ DARK
Mystery / Thriller-¡Ayuda!-Gritó aún más fuerte, en un perfecto aleman-Estoy en las celdas inferiores!. Un rubio vestido de azul acudió al llamado, se detuvo al ver a lado de la puerta un letrero, que rezaba: "Cuidado con la araña" en alemán.